Nada menos que el furibundo diario anticomunista ABC publica el estado de pesar que viven estos días sus señorías peperas. En una crónica firmada por Ana I. Sáncehz se dice que:
«Si esto continúa, a nadie le importarán los progresos económicos. Nadie quiere oír hablar de creación de empleo ni de crecimiento económico teniendo estos escándalos», señala un dirigente provincial.
El ánimo está hundido, y con razón. Los parlamentarios están palpando ya en las calles los efectos del caso Lezo entre sus votantes y no son, en absoluto, positivos. La indignación popular por el desfalco en el Canal madrileño es máxima y no discrimina a inocentes de culpables, así que los diputados populares están siendo víctimas del desahogo ciudadano. «Nos están diciendo en la calle que somos unos chorizos», dice un cabeza de lista provincial completamente desanimado. «Eso y que somos unos consentidores», coincide otra.
Pero lo que más duele en ese Grupo es que estos apelativos no vienen de electores de Podemos. «Nos lo dice gente que conocemos, que sabemos que nos vota, los nuestros», admite otro líder provincial. «Nos echan en cara que se han llevado el dinero y tienen razón, ¿cómo te defiendes de eso?», señala otra diputada.