Según cifras dadas a conocer el viernes por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 602.759 personas, de las que un 84 % eran desplazados internos, han regresado a sus casas entre enero y julio de 2017. El 16 % restante corresponde a regresos desde El Líbano, Jordania, Irak y Turquía.
El informe indicó que Alepo (cuya capital homónima está en manos de las autoridades) ha sido el lugar al que más personas han retornado en ese periodo, en concreto, dos de cada tres retornados. Cerca de 75.000 volvieron a la provincia central de Hama, mientras que otras 45.000 regresaron al punto de la provincia de Al-Raqa (norte) que habían huido.
Un 27 % de los retornados afirmaron que fueron para proteger sus propiedades, teniendo en cuenta que un 97 % que abogaron por regresar a sus ciudades de origen tenían una casa donde vivir.
De acuerdo a la OIM, los entrevistados aclararon que el motivo del regreso ha sido la mejora del contexto económico en sus lugares de origen (25 %), el empeoramiento de la situación económica en la zona donde habían buscado refugio (14 %), los problemas de integración (11 %) y la mejora de la seguridad en las áreas de origen (11 %).
No obstante, el organismo recalcó que el retorno no puede ser definitivo, ya que, recordó, de las 685.000 personas que regresaron en 2016 a las zonas de las que habían huido, alrededor de 21.000 volvieron a escapar. En este sentido, estimó que uno de cada diez retornos termina en un nuevo desplazamiento.
De igual modo, el estudio advirtió de que las condiciones de vivienda a las que retornaron los sirios no son perfectas, pues el acceso a los servicios de salud, agua limpia y alimentos sigue siendo un problema en muchas áreas.
Desde 2011, Siria vive sumida en un conflicto desencadenado por grupos armados y terroristas, alimentados desde el extranjero, que ha dejado más de 465.000 muertos y desaparecidos, según ha calculado el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).