Nada menos que 312 contenedores, que iban rotulados con la palabra “explosivos” han partido desde el puerto de Bilbao (en el Norte de España) con destino Arabia Saudita, según informa la cadena de radio española ‘Cadena Ser‘.
Se desconoce el contenido exacto de cada contenedor, pero el rótulo de “explosivos” permite suponer que se trata de armamento, porque la ley de transporte de mercancías peligrosas obliga a identificar ese tipo de mercancía con ese sello. Cada uno de esos contenedores tiene una capacidad de 28 toneladas, por lo que el cargamento total enviado podría ser de 8.656 toneladas.
Según la propia ‘Cadena Ser’, está sería la relación de fechas de los sucesivos envíos de armas a Arabia Saudita: 44 contenedores el 19 de octubre de 2016; 52 contenedores el 1 de diciembre de 2016; 35 contenedores el 10 de febrero de 2017; 26 contenedores el 13 de marzo de 2017; 45 contenedores el 19 de abril y 110, el 14 de julio.
La cuestionable relación entre España y Arabia Saudita
Arabia Saudita lidera la ofensiva en la guerra de Yemen, por lo que el Parlamento Europeo ha pedido el bloqueo comercial de armamento, debido a que consideran que está cometiendo crímenes de guerra y violando derechos humanos. Sin embargo, España lleva años vendiendo armas a la monarquía saudita: sólo en 2016 España les vendió armamento por valor de 116 millones de euros.
Las relaciones entre España y Arabia Saudita se encuentran estos días en punto de mira de la opinión pública española, aún afectada por los recientes atentados yihadistas en Cataluña. Las presuntas relaciones financieras entre la monarquía saudí y el terrorismo islámico constituyen un argumento que pone en tela de juicio las cordiales relaciones que mantiene España con el país árabe. La legitimidad de esas relaciones está ahora más cuestionada que nunca.
El Gobierno español, por su parte, niega que las armas que vende a Arabia Saudita sean utilizadas en la que guerra contra Yemen, aunque diversas organizaciones humanitarias y pacifistas como Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermon, miembros de la campaña ‘Armas bajo control‘ consideran que el Estado español podría acabar siendo “cómplice, y por tanto, acusado de crímenes de guerra“.
Pues seguiran llegando, esos señores para vengarse.