El Reino Unido advierte al presidente estadounidense, Donald Trump, de catastróficas consecuencias si lleva a la práctica acciones militares contra Pyongyang.
El Gobierno británico, en múltiples ocasiones, se ha mostrado a favor de una acción militar contra Corea del Norte, como lo plantea el mandatario estadounidense, para contrarrestar lo que considera la “amenaza” de Pyongyang. Incluso, Londres ha afirmado que, en caso de estallar un conflicto armado con el país asiático, brindará todo tipo de apoyo militar a EE.UU., incluidos submarinos nucleares.
https://diario-octubre.com/2017/09/04/trump-usara-armas-nucleares-para-hacer-frente-a-corea-del-norte/
Este lunes, el Gobierno británico ha dado marcha atrás en su dura postura respecto a Pyongyang y ha desaconsejado una acción bélica contra Corea del Norte, que según alerta, conllevará catastróficas consecuencias en la región.
“Las acciones militares contra Corea del Norte podrían provocar que el régimen de (el líder norcoreano) Kim Jong-un ‘evaporara’ gran parte de la población de Corea del Sur”, ha advertido el ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, según recoge el diario local The Telegraph.
Si bien, el canciller ha condenado el “imprudente” y “amenazante” ensayo de una bomba de hidrógeno que realizó el domingo Corea del Norte, ha recalcado que una respuesta militar no parece tan fácil.
“Todas las opciones militares están sobre la mesa, pero realmente no vemos nada fácil una solución militar”, ha sostenido Johnson, quien considera que existen otras alternativas en caso de un “nuevo nivel de amenaza”. En esta misma línea, ha instado a utilizar en el asunto norcoreano soluciones diplomáticas que, a su juicio, resultarán “mucho más productivas”.
Pese a la retórica bélica de la Casa Blanca y las medidas punitivas adoptadas contra Pyongyang, Corea del Norte sigue con sus programas y no parece que, al menos en un futuro cercano, cese sus pruebas nucleares y de misiles.
Corea del Norte recalca que tales ensayos tienen carácter disuasivo y defienden su “derecho a la autodefensa” ante los “actos de provocación” de EE.UU. y sus aliados en la región (Tokio y Seúl) a lo largo de sus fronteras.
