Hasta aquí el análisis internacional nos ha conducido a importantes conclusiones: bancarrota económica de Estados Unidos, ascensión de China como máxima potencia capitalista, paridad estratégica y ascensión de la RPDC a una gran potencia nuclear. Estos cuatro hechos, más la pérdida de la hegemonía mundial estadounidense, implosión de la arquitectura del dominio imperialista occidental, nueva estructura económica capitalista después del 2008 y las cuatro grandes potencias militares con Rusia como primera potencia militar del mundo, seguidos en forma correlativa por Estados Unidos, China y la RPDC, han sido los ocho hechos más importantes que han sacudido el planeta desde el año 2008.

Entonces hubo una gran preocupación por el análisis internacional. Sin embargo es posible, que la increíble velocidad de los cambios que en estos últimos años han estado batiéndose sobre el planeta, haya opacado por algunos momentos la visibilidad y la hilaridad de aquellos análisis. No olvidemos que los cambios han sido violentos. Entonces las tesis han parecido perder piso. Pero el análisis en concreto ha sido certero y contundente. Recuerdo el titular de aquel artículo publicado el 16 de mayo del 2015 que decía: “Rusia, Irán y Siria: Firmeza, Firmeza, Firmeza”. Por supuesto todo esto siempre teniendo presente que el conocimiento no está acabado, ni nunca lo estará. Aquello siempre es relativo. Pues la materia es dinámica y en un proceso de continuo movimiento que ha conducido al rechazo y repudio de la farsa, de la verdad absoluta y de la existencia de dioses, sabios y sumos pontífices. En esto hay que estar muy claros.

Y más aún cuando el sistema a través de sus ideólogos, sus tink tank y sus intelectuales mercenarios, prácticamente en una auténtica ofensiva ideológica fascista, inducen a un análisis superficial y sin perspectivas claras, como si estuviéramos en una jungla donde todo es un caos sin tomar en cuenta el verdadero sentido de las contradicciones que se superponen en el curso de la historia.

Ante todo debo advertir que el curso de la historia, aunque zigzagueante, siempre es ascendente. En ella es elemental la contradicción que conduce al movimiento y la dinámica. Solo tomando conciencia de esto es posible una visión acertada de la nueva realidad mundial.

Cierto, los cambios han sido sorprendentes. Y fueron en medio de feroces confrontaciones, de clases e inter-imperialistas, que han teñido de rojo vivo el planeta. En efecto, Estados Unidos no ha cesado un minuto en agredir a los pueblos. En realidad una agresión a la humanidad. A no dudarlo su potencialidad es aún muy fuerte. No podemos negar esto. Es el centro de la guerra. ¿Qué lugar del planeta ha estado a salvo de sus fechorías? No hay un solo lugar. Es un vil canalla. Un lastre y un enemigo jurado de los pueblos, por lo que estos deben unirse para aplastarlo.

Bien sabemos que en la actualidad las tempestades sobre todo económicas y militares siguen batiéndose, haciendo que las leyes capitalistas se agiten siguiendo su tónica y su tendencia. No olvidemos que desde el año 2008 el sistema capitalista está en un importante reajuste.

Además desde principios de este año (2017) en un periodo especial, concretamente en la tercera fase de la nueva coyuntura histórica inaugurada en 2008, un punto de referencia obligatorio para cualquier análisis económico, político y militar.

De hecho los cambios seguirán profundizándose. Esto es inevitable. Ahora mismo están sobre acumulados, forzándose y batiéndose inconteniblemente y que ya nada a partir de aquí será igual como fue antes del 2008.

Esto ocurre en medio de la agudización de las contradicciones inter-imperialistas que en lo fundamental deberán sellar el desplazamiento del imperialismo estadounidense de la hegemonía mundial. No olvidemos que en lo económico prácticamente esta ahogado. La pesada carga militar que soporta es muy fuerte, y ya de por sí, le es insoportable sostenerlo.

Sin olvidar que todos estos hechos son parte del nuevo reajuste del sistema capitalista que se desplaza en una situación de agotamiento y entrampamiento, inmersa en una grave crisis económica que dicho sea de paso no ha tocado fondo, sin perspectivas de un nuevo ciclo económico largo de avance y prosperidad y que tras la llegada de la nueva estructura económica de este sistema con China como máxima potencia, está apurando su marcha.

En esto no podemos olvidar la inmensa trascendencia de la RPDC. La existencia de este país en la presente coyuntura histórica ha devenido en uno de suma importancia. Se dice que la gran batalla de Pyongyang sellará el destino de la humanidad. De hecho su trascendencia es enorme.

El 11 de marzo del 2013 escribí el siguiente artículo: “Histórica reacción de Corea socialista puede acelerar cambios geoestratégicos en el mundo”. Entre otras afirmé allí, cuando las prensas occidentales hacían sorna de la reacción de Corea socialista, lo siguiente: “La fuerza revolucionaria de la RPDC es muy fuerte. De hecho pueden acelerar los cambios geopolíticos en el mundo. Es una situación que en el análisis internacional tiene mucha incidencia. Algunos han menospreciado esto, porque sus concepciones acerca del mundo son limitadas y estrechas y, consecuentemente, sus visiones arbitrarias”.

Luego hemos sostenido que la RPDC es un país socialista que ha sobrevivido a todo tipo de sabotaje imperialista y restauración capitalista, desarrollando en primer lugar el armamento nuclear y sus portadores a su máximo nivel. Su existencia en la historia humana de estos últimos tiempos, en particular, en esta coyuntura de máxima dictadura imperialista mundial, es única.

Sin olvidar que el primer frente de guerra que desarrollan en la actualidad los países imperialistas está centrado para destruir la RPDC. Es la principal preocupación de estos países. Por supuesto en ese proceso también danzan Rusia y China y, por el que finalmente se ha visto encajada en la contradicción capitalismo versus socialismo que empezó a reavivarse en la presente coyuntura.

En efecto, por más de medio siglo (desde los años setenta del siglo pasado) se había envenenado a la humanidad con eso de que el socialismo había desaparecido particularmente esto fue con mayor saña después de la implosión de la ex URSS en 1991. Pero, no, el socialismo estaba ahí. Existía. Así lo demuestra ahora la RPDC, que para beneplácito de los pueblos, es una cuarta potencia militar del mundo. Esto es muy importante.

Cierto, la RPDC un país socialista geográficamente pequeño pero moralmente gigante, ahora mismo está dando una gran lección al decadente imperialismo estadounidense. Su firmeza para hacerlo volver a su realidad fue determinante.

En esto la RPDC ha sido contundente: primero, el 4 de julio del 2017 lanzó su misil balístico intercontinental (ICBM) llamado Hwasong-14 con capacidad de portar ojivas nucleares. Y segundo, lo más importante, ocurrió la madrugada del 3 de septiembre del 2017 cuando se efectuó la prueba exitosa de su sexta prueba nuclear de una bomba de hidrógeno (que se mide en megatones, no en kilotones) para misiles balísticos intercontinentales. Fue el sexto ensayo atómico desde que el país se proclamará potencia nuclear en el año 2005; los anteriores tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016. Con esto, todo occidente y los demás países imperialistas estaban en una gran histeria, de dolor y desesperación: el poderío nuclear de la RPDC había sido aclarado totalmente.

Sin embargo, los imperialistas estadounidenses en su insana brutalidad desconocen el resultado final de sus maquinaciones sobre todo en la península coreana. Vanagloriándose de una superioridad militar suya que ya no existe, quieren esconder aquello que es vox populi que ahora la RPDC es la cuarta potencia militar del mundo y sede de los más altos estudios militares nucleares. De hecho la coyuntura actual es absolutamente favorable a los cambios geopolíticos que se agolpan en el mundo desde 2008.

El letal imperialismo estadounidense puede decir lo que quiera respecto a la potencialidad nuclear de la RPDC, pero lo que ha ocurrido en estos últimos meses (marzo-septiembre del 2017) en la península coreana ha sido la quiebra total de su hegemonía en el mundo. Esto ha sido sellado el 3 de septiembre del 2017 cuando fue probado con total éxito la bomba de hidrogeno para un misil balístico intercontinental (ICBM). Ahora podemos escribir con grandes letras y sin temor a equivocarnos que en esta región el viejo ejército estadounidense finalmente ha sido contenido y, con ello, aun con sus enormes provocaciones actuales, el nuevo rumbo de la geopolítica mundial está totalmente aclarado. Un hecho histórico absolutamente trascendental en el destino de la humanidad de estos últimos tiempos.

Entonces esto demuestra que la historia ha estado corriendo inmersa en su tendencia.

Las dinámicas son tres: primero, la gran crisis económica que en mis análisis la denomine la “Gran depresión económica del 2008”. Segundo, la carrera armamentística que muestra al mundo el desarrollo desigual del sistema capitalista, la agudización de las contradicciones inter-imperialistas y la tendencia final del sistema imperialista. Y tercero, la existencia de la RPDC como un país socialista con armamento nuclear que demuestra, aun sabiendo la enorme dictadura imperialista sobre el mundo, que la contradicción capitalismo-socialismo se vuelve vibrante y de suma importancia.

Y así, aunque la transformación socialista mundial está retrasada, la tendencia de la historia hacia el socialismo es una línea que se mantiene firme. En principio “la teoría leninista referida al imperialismo es la segunda y última fase del capitalismo” sigue vigente como nunca antes. Sin olvidar que el marxismo deviene en ciencia porque precisamente es resultado de todo lo mejor de los conocimientos habidos en el mundo hasta el presente. Esto obliga a los partidos comunistas a desmenuzar y asimilar los nuevos adelantos científicos que se han dado en el mundo.

Consecuentemente en las nuevas condiciones de guerra que aun pretende imponer el decadente imperialismo estadounidense, incluso después del 3 de septiembre de 2017, las tácticas de autodefensa que la RPDC puede asumir, son infinitas.

En efecto, las canalladas de la vieja burguesía financiera estadounidense obligaran automáticamente a la RPDC a orientar sus estrategias y tácticas de guerra a su extrema radicalización con múltiples objetivos de impacto. Esta es una exigencia de la historia, el proletariado norcoreano y el proletariado internacional.
Sin embargo este país (Estados Unidos) como potencia militar en decadencia es extremadamente peligroso y jamás retrocederá por sí solo. Y no lo hará aunque lo deseara. El sistema (crisis económica), la concatenación de los hechos que avanza sobre el planeta casi violentamente aplastando su hegemonía mundial, se lo impedirá de una u otra forma. Entonces provocara y provocara hasta su ruina. Esta es la lógica imperialista estadounidense. Hay que tomar nota de esto.

Pero la nueva realidad mundial lo obligará más rápido de lo que nos imaginamos aceptar la existencia de la RPDC, socialista y con armamento nuclear. Es una exigencia de vida o muerte para el conjunto del sistema imperialista cuando la gran crisis económica y la carrera armamentística siguen batiéndose y del que emergerá, como antes y como siempre, la lucha de clases como el factor determinante que decidirá el desenlace final, pues, se entiende que el proletariado mundial no es ningún convidado de piedra, sino, un ente activo, dinámico y revolucionario como lo habían descrito Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Esta es la perspectiva a largo plazo que nunca debemos perder de vista.

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