Los tenebrosos orígenes históricos del fascismo ucraniano (vídeo)

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¿Quién fue Stepan Bandera?

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Máximo Relti para Canarias Semanal

Los seguidores de las organizaciones fascistas ucranianas renovaron el pasado 1º de enero sus habituales manifestaciones y marchas a lo largo de las principales avenidas de Kiev y de otras ciudades de Ucrania. Conmemoraban, cómo no, el 109 aniversario del líder fascista Stepan Bandera, un estrecho colaborador de las tropas hitlerianas durante la invasión de la URSS, en el curso de la Segunda Guerra Mundial.

La marcha partió del mismo centro de Kiev.  Reunió a alrededor de mil fascistas, que en rigurosa formación militar portaban vistosas antorchas en lo que parecía una suerte de revival de los antiguos desfiles nazis de la época de la dictadura hitleriana. Entre los participantes de la marcha se encontraban miembros del partido Svoboda y del movimiento del “Sector Derecho”, así como  militantes de la organización “Nacionalistas Ucranianos” .

Durante su manifestación, los fascistas corearon lemas tales como “Gloria a Ucrania, Gloria a los héroes”, “Gloria a la nación, muerte a los enemigos”, “Bandera vendrá y traerá orden” y “Ucrania está por encima de todos”.

La friolera de 1.200 policías y 730 militares se responsabilizaron de la seguridad de la “marcha de la antorcha” de los ultranacionalistas en la capital. No obstante, marchas del mismo tono tuvieron lugar en en Lvov, Ternopol, Dnepr, Krivoi Rog, Rovno y Melitopol.

BREVE HISTORIA DE LOS FASCISTAS UCRANIANOS. UNA HISTORIA QUE VIENE DE LEJOS

Sin embargo, no mucha gente conoce cuáles son las raíces de estos movimientos nacionalistas ucranianos. Algunos creen, incluso, que tienen su origen en los disturbios que tuvieron lugar hace cuatro años, cuando se produjo el golpe de Estado que derrocó al gobierno corrupto de  Yanukovych.

Por ello no extraña que cuando en el año 2013 los corresponsales occidentales viajaron a Kiev para cubrir las protestas de Euromaidan se encontraran cara a cara con una figura histórica que muy pocos de ellos podían reconocer. Se trataba de los retratos de Stepan Bandera, cuya juvenil imagen en blanco y negro estaba omnipresente en todas partes: en las barricadas, sobre la entrada al ayuntamiento de Kiev, o en los carteles que sostenían los manifestantes que exigían el derrocamiento del entonces presidente Viktor Yanukovych.

La verdad era que los periodistas occidentales no solo no tenían ni pajolera idea de cuál fue la historia real de la Segunda Guerra Mundial en la URSS sino que, además, ignoraban igualmente el papel que Stepan Bandera había jugado durante esta contienda bélica en Ucrania. Para ellos estaba claro que el tal Bandera debía de ser algún tipo de nacionalista histórico, cuya biografía, en cualquier caso, podía servir para reforzar la visión que sus respectivas empresas periodísticas les habían encargado que elaboraran sobre lo que estaba sucediendo en Ucrania.

No obstante, algo parecía chirriar en torno a este personaje. Los medios de comunicación rusos aseguraban, por su parte, que   se trataba de un furibundo fascista antijudío, causante de miles de muertos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero que fuera del gobierno ruso de donde partía la información no les proporcionaba ninguna “garantía”. Consecuentemente las informaciones de procedencia rusa sobre el personaje fueron olímpicamente ignoradas por los medios occidentales. ¡Se trataba, sin duda, de propaganda moscovita!

En esa línea, el periódico norteamericano Washington Post tuvo que inventarse  una historieta al más puro estilo de la “Guerra Fría”. Tratando de descubrir el mediterráneo el Post aseguró que Bandera había tenido sólo una “relación táctica con la Alemania nazi”, y que sus seguidores “habían sido injustamente acusados de cometer atrocidades contra polacos y judíos”.

Por su parte, el sesudo New York Times escribió que Bandera había sido “vilipendiado por Moscú al ser tratado como un pronazi traidor”, “una acusación que había sido interpretada como injusta” por “muchos” historiadores.

Quienquiera que fuera el tal Bandera, todos  los medios estadounidenses  parecían coincidir en que su figura histórica no podía ser tan repugnante como el presidente Putin la había descrito.

Pero hete aquí que mientras los corresponsales estadounidenses se debatían sobre si Bandera era galgo o podenco, un historiador de la Universidad alemana de Frankfurt, llamado Rossolinski-Liebe, vino a deshacer el entuerto y a echar por tierra las tentativas del periodismo occidental de reconstruir con la figura de Bandera como un héroe nacional para la Ucrania de la “revolución de los colorines”.

La cuestión es que el historiador Rossolinski-Liebe había escrito su tesis doctoral sobre la  trayectoria de la “Organización de Nacionalistas Ucranianos”, sobre Stepan Bandera y la memoria de la diáspora ucraniana durante el Holocausto nazi. Su tesis doctoral dio posteriormente lugar a la publicación del libro titulado “Stepan Bandera: el fascismo, el genocidio y el culto”,  una rigurosa investigación histórica que ponía al descubierto la trayectoria criminal y fanática del pretendido “héroe nacional ucraniano”.

En el año 2013, Rossolinski tuvo, además, la osadía de intentar presentar los resultados de sus investigaciones en varias ciudades ucranianas. Fue imposible. Pese a la presencia policial, aguerridos grupos fascistas, simpatizantes de la figura de Stepan Bandera, impidieron que tales presentaciones fueran posibles.

No obstante, aquel atentado sirvió para suscitar la protesta en los medios intelectuales alemanes, algunos de cuyos destacados integrantes suscribieron un manifiesto “para la libertad de palabra y de expresión en Ucrania” que fue rubricado por personalidades tan destacadas como Etienne François, Alexandr Kruglov, Gertrud Pickhan, Susanne Heim, Alexander Wöll, Dovid Katz , Delphine Bechtel, Per Anders Rudling o Marcos von Hagen . El repentino revisionismo histórico de la prensa occidental quedó hecho trizas. Y el Euromaidan se quedó sin su “héroe” prefabricado.

¿QUIÉN FUE STEPAN BANDERA?

Pero, ¿quién fue realmente este Stepan Bandera cuyo nombre llegó, incluso, a saltar a los primeros  titulares de la prensa española cuando la directiva del equipo Rayo Vallecano intentó comprar a uno de sus partidarios para que jugara en el equipo, teniendo que desistir por la radical oposición de la afición del club madrileño?

Durante la II Guerra Mundial, la llamada “Organización de Nacionalistas Ucranianos” desempeñó un importante papel de colaboración con los nazis alemanes en el curso de su invasion de la Unión Soviética.   En febrero de 1943, los fascistas ucranianos iniciaron una campaña destinada a exterminar a la población polaca establecida en la región de Volyn, en Ucrania. Sus actividades culminaron el 11 de julio de 1943 con un baño de sangre. Las unidades de esta organización pronazi atacaron a casi un centenar de asentamientos polacos, masacrando a unas 100.000 personas, principalmente mujeres, niños y ancianos, que habían permanecido en las aldeas atacadas.

Después de que Ucrania fuera liberada de la ocupación nazi, la “Unión de Nacionalistas Ucranianos” se aprestó a continuar luchando  contra el Ejército Rojo, y en contra de los miembros del Partido Comunista y de los intelectuales procedentes de la parte oriental del país. Estas organizaciones fascistas permanecieron activas incluso después de que los nazis fueran derrotados.  Su eliminación real sólo se produjo en 1949. No obstante, pequeños grupos de ellos continuaron en la lucha guerrillera hasta 1956.

Ochenta años después, Stepan Bandera continúa desgarrando a la sociedad ucraniana. Los sentimientos hacia él van desde un apoyo total en algunas partes del Oeste de Ucrania, hasta las actitudes ferozmente antagónicas y de rechazo hacia su memoria en el resto del país.

Según cuenta Rossolinski en su biografía sobre este personaje, durante la cruenta invasión alemana de la Unión Soviética, Stepan Bandera instaba a los miembros de su organización a aprovechar la “situación favorable” planteada por “la guerra entre Moscú y otros estados” para crear una “revolución nacional”, que atrajera a toda Ucrania hacia su personal influencia. Bandera no sólo era un feroz anticomunista, sino que, además, el fanatismo de su religiosidad tenía carácter cuasi medieval. Sus partidarios estaban firmemente convencidos de que poseía cualidades hipnóticas, por su capacidad para convencer a sus adictos.  Concebía su “revolución ” como un gran “proceso de purificación” en el que “los moscovitas, los polacos y los judíos” iban a ser “destruidos”… en particular aquellos que protegían el “régimen soviético”.

De acuerdo con la biografía escrita por Rossolinski, aunque la organización de nacionalistas ucranianos consideraba a los nazis como aliados, Bandera enfatizaba que los activistas de OUN deberían comenzar la “revolución” lo antes posible para presentarla ante el ejército alemán como un hecho consumado:

“Tratamos al ejército alemán que viene como el ejército de aliados. Intentamos antes de su llegada poner en orden la vida, por nuestra cuenta como debería ser. Les informamos que la autoridad ucraniana ya está establecida, que está bajo el control de la OUN bajo la dirección de Stepan Bandera; todos los asuntos están regulados por el OUN y las autoridades locales están listas para establecer relaciones amistosas con el ejército, para luchar juntos contra Moscú”.

Entre 1941 y 1959, Bandera encabezó al “Ejército Insurgente de Ucrania”, por lo que sus miembros fueron denominados como los “Banderistas”. No sorprende que dado el recuerdo del terror y las oleadas de masacres ordenadas por este líder fascista ucraniano, el propio gobierno derechista de Polonia considere aún a Stepan Bandera como un criminal y un terrorista. La sangrienta huella que dejaron tras sí las bandas armadas dirigidas por  Stepan Bandera no se han borrado aún de la memoria del pueblo polaco.

En 22 de julio de 2016, el Parlamento polaco aprobó un documento declarando como un genocidio los crímenes cometidos por Bandera y su organizacion terroristacontra la población polaca, entre 1943 y 1944. Paradójicamente, en 2015 el Parlamento ucraniano había reconocido las actividades  de Bandera como parte de la lucha “por la independencia de Ucrania”. Todo un ejemplo del sesgo político del actual gobierno ucraniano.

VÍDEO: ILUSTRANDO LA HISTORIA DEL FASCISMO UCRANIANO

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