Antonio Maira, 15 de abril de 2018.
Foro contra la guerra imperialista y la OTAN
Los EEUU, con un presidente de diseño –fatuo e ignorante, multimillonario a título personal y millonario a secas como todos los demás presidentes, senadores y congresistas-, miembro de la oligarquía del dinero, tipo de pistola en el bolsillo y fusil de asalto para sus ratos libres, animador y protector de la Asociación Nacional del Rifle, con sueños kukuxklanistas[1] y realidades segregacionistas[2], aplicado alumno del alcalde Giuliani[3] uno de los creadores de la teoría de la “tolerancia cero”[4] y político de recambio en todas las administraciones republicanas, flamante y nuevo Secretario de Estado para resolver los problemas derivados de las guerras del Imperio[5], ha aprovechado los pocos ratitos libres que le deja el golf, sus desfiles de modelos y las pantagruélicas cenas de magnates y ha lanzado, con sus aliados más fieles (concretamente el Reino Unido y Francia), un ataque de misiles contra Siria. Algunos muertos -de centenas a millares o a centenas de millares-, y otros pocos exiliados o simplemente “refugiados” –al menos 12 millones-, que más le da al magnate del tapete verde y al estratega que juega a la guerra sobre un mapa de la muerte. Trump tiene expertos, militares o civiles para todo, incluso para disfrutar, alardear y fantochear sobre la guerra y sus víctimas.
Qué más da si sus grandes aliados de la OTAN le han acompañado en sus ataques y los aliados sin importancia militar prestan sus bases como Rota y Zaragoza para el envío de cruceros y aviones de aprovisionamiento a la zona y le ayudan en la campaña mediática bajo el lema de “ha sido un ataque legítimo y proporcionado” que rápidamente asumen los grandes medios de comunicación.
Falsimedia, es decir el conjunto orgánico y estructurado de los mass media, sigue cumpliendo su función de legitimación de las consignas de los jefes de Gobierno[6] como May, Macrom y Ángela Merkel. También en el revuelto y rebelde estado español el Presidente del Gobierno nuestro suelo, nuestra soberanía y las bases e instalaciones de vigilancia y control de los EEUU para colaborar en el ataque criminal a Siria. Como un payaso ridículo, ignorante, pero peligroso, impone las consignas de Trump y las transmite y generaliza en su Gobierno, en los ministerios de Defensa e Interior, y en las FFAA. Al fin y al cabo ¡Qué fácil es matar detrás de una pantalla de ordenador!
El ataque a Siria se ha producido sin que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) haya concluido su investigación sobre el terreno cuyas verificaciones y pruebas serían realizadas sobre el terreno y anunciadas por su Secretaría Técnica (OPAQ) durante la próxima semana.
Por supuesto, el ataque es una violación flagrante de los tratados y acuerdos internacionales y de las negociaciones sobre la paz en Siria cuyo resultado -que disgustaba mucho a Washington- había sido anunciado por todos los medios internacionales y aceptado por los países y grupos enfrentados y por los mediadores aceptados.
El disgusto de Donald Trump se convirtió ayer en una violación por vía militar por los Estados Unidos y su alianza adhoc de todas sus obligaciones internacionales. El ataque sirve para facilitar la intervención previa del ente sionista que ha ocupado Palestina (el autodenominado “estado de Israel”) que ocupa también los Altos de Golán, territorio sirio y varios estados imperialistas de la OTAN. Sirve también para reclamar el procesamiento de Basar el Assad por tribunales internacionales, sin duda un bochornoso tribunal especial para Siria, remedo de otros anteriores que eran financiados por ONG,s y otras entidades y fondos privados.
La secuencia de los ataques con misiles de crucero y misiles aire tierra y la incorporación de los citados países a este acto de agresión tiene una secuencia que nos recuerda los ataques a Irak (con el ataque a Belgrado) y también la Guerra contra Yugoslavia y el ataque a Bagdad. Como en aquellos sucesos los medios de comunicación occidentales (con algunas reservas) han tocado el clarín de guerra y se disponen a aplaudir una guerra que nos coloca al borde del abismo[7]. El motivo de la parquedad de la usual salva de aplausos coreográficos y audiovisuales a la guerra es que en este caso además de jugarnos la mayor: la posibilidad de una guerra que iría fatalmente a mayores; nos jugamos también el petróleo cotidiano de nuestros petroleros que no podrán navegar por la zona, y también el flamante gas de nuestros novísimos gaseoductos: los ya trazados y los ya definidos pero que fatalmente atravesarán la zona de guerra.
El ataque viola los acuerdos internacionales, la esencia de las NNUU y los que se refieren a la soberanía de los estados. Se ha hecho además sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y sin la autorización de los Parlamentos nacionales de los países agresores.
Sin embargo numerosos países que no están dispuestos a aceptar un gobierno unipolar del mundo tal como disponen y definen los documentos estratégicos de Washington: la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, en sus versiones públicas, desde el documento del George W. Bush (después del ataque de las Torres Gemelas), hasta el proclamado por el terrible payaso Donald Trump.
Tampoco están dispuestos a tolerar sin resistir los documentos semi-secretos o disuasorios; ni sus “irrebatibles” conceptos de superioridad, muchos de ellos anteriores al primero de los documentos mencionados que definen de modo meridiano de que se trata cuando se habla del Imperio Global.
Los EEUU y sus aliados se han sacado de la manga y le han lanzado a la opinión pública unas muestras de armas químicas en Duma, que habría lanzado el “régimen” de Damasco. Los restos de armas químicas ha sido en esta ronda de las guerras imperiales lo que aquél frasquito de armas bacteriológicas significó para Irak la segunda guerra contra Irak.
Da casi lo mismo, los pueblos tienen, hasta ahora, corta la memoria.
Antonio Maira.
Analista político en medios alternativos.
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[1] https://www.20minutos.es/noticia/3113149/0/ku-klux-klan-trump-decir-la-verdad-charlottesville/
