Se realiza una nueva jornada de movilización en Francia, donde trabajadores del sector privado y público han salido a las calles para denunciar las reformas del Gobierno de Emmanuel Macron, al que acusan de querer privatizar los principales sectores públicos.

El Gobierno francés hace frente a una nueva jornada de movilización contra las reformas que está llevando a cabo. Miles de ciudadanos han bajado a las calles para denunciar una política ultraliberal que, aseguran, está rompiendo el modelo de sociedad y supone una profunda regresión social.

En el octavo día de huelga de los ferroviarios, a ellos se han sumado estudiantes, pensionistas, trabajadores sociales, y funcionarios. Son hombres y mujeres que reclaman una alternativa de progreso social y no aceptan la privatización de la educación, de los hospitales, del ferrocarril y de los servicios públicos.

Los sindicatos, apoyados por los partidos de la izquierda progresista van a seguir dando batalla en las calles y en el Parlamento, algo que podría desplazarse rápidamente a las urnas pues cada uno de los manifestantes es también un elector.

No han faltado los enfrentamientos entre policía y jóvenes manifestantes; gases lacrimógenos contra lanzamiento de botellas. Las tensiones son cada vez mayores y la presencia policial es considerada como una provocación.

Juan José Dorado, París.

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