Reino Unido vuelve a acusar a Rusia de un ataque químico sin tener pruebas, aunque sí motivos para ello, tras la hospitalización de dos británicos en Wiltshire.
Reino Unido acusa formalmente a Rusia de estar detrás del envenenamiento de una pareja de británicos en la localidad de Wiltshire, a 12 km de Salisbury, donde el pasado mes de marzo fueron envenenados, Sergei Skripal, un exespía ruso, junto a su hija, Julia. Ambas personas se encuentran en estado crítico, aunque la policía niega que fueran objetivos del ataque, sino que entraron en contacto con un objeto contaminado.
La presente línea de investigación busca determinar si esta muestra de Novichok corresponde con la de los Skripal. A pesar de ello, Reino Unido avisa que buscará con sus aliados acciones contra Rusia.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, asegura por el contrario que no están involucrados en ninguna de las acusaciones del Reino Unido, y niegan haber recibido peticiones formales para colaborar en los casos relacionados con el agente químico Novichok.
En lo que va de año, esta es la tercera vez que el Gobierno británico acusa a Rusia sin ningún tipo de prueba, tras el primer ataque químico en marzo contra los Skripal, y tras acusar a Moscú encubrir el supuesto ataque químico en Siria el pasado mes de abril. Theresa May, quien ha rechazado una invitación del presidente ruso Vladimir Putin para asistir al Mundial de fútbol, marca de manera oficial sus distancias con Rusia.
El pasado 27 de junio, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) obtuvo nuevos poderes para señalar culpables en sus investigaciones. El cómo se desarrolle la investigación de este caso determinará la imparcialidad de este organismo internacional y podría que Reino Unido pueda continuar realizando acusaciones sin fundamento.
Ian Diez, Londres.
