“Los 23 tripulantes fueron bien recibidos en Irán, abandonaron el país persa desde el aeropuerto de Bandar Abbas (sur) y llegaron a Dubái”, declaró el sábado el portavoz de Frontline, Pet Adamson.
El vocero noruego dijo que la tripulación del petrolero Front Altair estaba integrada por ciudadanos rusos, filipinos y georgianos, y que la mayoría de ellos regresaron a sus hogares y el resto partirá el domingo.
Por su parte, el director ejecutivo de Frontline, Robert Hvide MacLeod, detalló que el día de los incidentes en el mar de Omán, el capitán de Front Altair había tomado la prudente decisión de evacuar el buque rápidamente, no obstante, los tripulantes de los dos petroleros (Front Altair y Kokuka Courages) fueron socorridos por equipos iraníes y trasladados al puerto de Yask, donde recibieron asistencia.
Un funcionario estadounidense alegó que los barcos de Irán habían impedido la llegada de ayuda para los afectados, pero Adamson rechazó la alegación y en una entrevista concedida a la cadena norteamericana CNN aseguró que tras los incidentes, la Armada iraní rescató a 44 miembros de la tripulación de los buques siniestrados.
Después de los ataques en cuestión, el presidente y el secretario de Estado de Estados Unidos, Donald Trump, y Mike Pompeo, respectivamente, apuntaron el dedo acusador a Irán, más tarde el Reino Unido secundaba las acusaciones.
Sin embargo, muchos países, incluso los aliados de EE.UU., ha desestimado las acusaciones contra el país persa.