La Guardia Costera de Irán ha detenido este sábado un barco cisterna que realizaba actividades de contrabando de combustible en el sur del país persa.
“Las fuerzas marítimas han logrado desmantelar una banda extranjera de contrabando de combustible en las aguas sureñas”, ha informado Husein Dahaki, jefe de los guardacostas de la provincia de Hormozgan, en el sur de Irán.
De acuerdo con la fuente, la operación tuvo lugar en las aguas cerca de la ciudad de Sirik (sur), cuando un “remolcador extranjero” iba a trasladar una gran cantidad de combustible de contrabando a través del estrecho de Ormuz, ubicado en la boca del Golfo Pérsico.
El buque detenido llevaba a bordo 12 tripulantes filipinos y trasladaba cerca de 284 000 litros de carburante por un valor de 323 mil millones de riales (8 millones dólares) con destino a los países de la región, según detalla el comandante iraní.
La detención en cuestión se produce en el marco de la determinación de la República Islámica, subrayada por las autoridades persas, en la lucha contra el contrabando organizado de combustible.
El pasado mes de agosto, las fuerzas navales del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) también detuvieron un barco con 700 000 litros de combustible de contrabando que se dirigía a Estados árabes en el Golfo Pérsico.
Tras ser incautado, el buque fue transferido a la provincia sureña de Bushehr, y su carga, bajo vigilancia de los funcionarios judiciales de Irán, fue entregada al departamento de la Empresa Nacional de Distribución de Productos de Petróleo de Irán (NIOPDC, por sus siglas en inglés) en la misma provincia sureña iraní.
Durante los últimos años, la República Islámica ha incrementado su presencia en aguas del Golfo Pérsico para proteger las rutas navales y proporcionar seguridad a sus buques mercantes y petroleros.
