El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó el viernes las sanciones contra las compañías que construyen el gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2.
Con su rúbrica, tal como lo había anunciado, Trump reafirma la decisión del Senado de EE.UU., que aprobó el pasado 17 de diciembre la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2020, la cual contempla, entre otros, embargos contra el proyecto Nord Stream 2, cuya construcción está en la etapa final.
El ducto, valorizado en casi 11 000 millones de dólares y que pasa por debajo del mar Báltico, evitando Ucrania, tiene como objetivo duplicar las entregas de gas natural ruso a la principal economía de Europa, Alemania.
De acuerdo con los congresistas estadounidenses, este gasoducto “enviaría miles de millones de dólares a Moscú y aumentaría enormemente la influencia del presidente (ruso) Vladimir Putin en Europa” en un momento de creciente tensión entre ambas potencias.
Uno de los principales blancos de las sanciones de EE.UU. es Allseas, una compañía suiza propietaria de la compañía rusa Gazprom y que ha instalado casi toda la tubería submarina.
De hecho, la empresa Allseas informó el viernes de la suspensión de las obras en Nord Stream 2 por la amenaza de sanciones de EE.UU.
Previamente, los senadores estadounidenses Ted Cruz (por Texas) y Ron Johnson (Wisconsin) habían enviado a Allseas una carta oficial en la que amenazaron a la compañía con enfrentar sanciones, si continuaba sus labores en el gasoducto.
En un intercambio con su homólogo alemán, Heiko Maas, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, reiteró su “fuerte oposición” a la construcción de Nord Stream 2.
Moscú, por su parte, ha indicado claramente que llevará a cabo este proyecto, a pesar de las sanciones anunciadas, que incluyen la congelación de activos y la revocación de visas de Estados Unidos para los empresarios ligados al gasoducto.
Además, el Kremlin dice que las sanciones de Washington tienen como fin obligar a los europeos a comprar gas licuado estadounidense.
