En alusión a las nuevas ofensivas antiterroristas de las fuerzas sirias en Idlib (noroeste), Erdogan acusó desde la ciudad turca de Estambul, al Gobierno de su homólogo sirio, Bashar al-Asad, de “violar” el pacto de tregua sellado el 5 de marzo, entre Ankara y Moscú.
Damasco, según el mandatario turco, tendrá que compensar con “grandes pérdidas” en las filas de su Ejército, si “insiste en seguir violando” el acuerdo que busca eliminar el riesgo a un choque directo entre las tropas turcas y las rusas, que combaten en bandos enfrentados en el país árabe.
Erdogan, que hablaba tras una reunión con su gabinete, añadió que Ankara no tolerará “agresiones” por parte del Ejército sirio en las llamadas zonas de desescalada de tensión en Idlib, “ni permitirá que ningún grupo oscuro viole” el pacto de cese de hostilidades”.
Ankara, no obstante, se calla cuando grupos terroristas como el Frente Al-Nusra (también conocido como Frente Fath Al-Sham) atacan localidades en dicha provincia.
Turkish backed terrorist groups are upset with the Syrian Arab Army’s constant shelling of their positions in rural #Idlib province #Syria #Syrianarmy🇸🇾please feel free to follow for daily Syrian Arab Army updates 🇸🇾 pic.twitter.com/sSRltzX1Cv
— Steele M (@SteeleSyAA) April 21, 2020
Las declaraciones de Erdogan se produjeron en la misma jornada en que fuerzas sirias bombardearon distintos blancos terroristas en Idlib en respuesta a sus ataques a civiles y posiciones militares, mientras el acuerdo de tregua cumplía su 46.º día, según confirmó el lunes el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.
Turquía sigue enviando tropas, tanques y suministros militares y logísticos al norte de Siria, sin la autorización del Gobierno de Al-Asad. Damasco, no obstante, ha dejado claro que tal presencia militar no podrá salvar a los extremistas takfiríes, ni disuadirá la campaña antiterrorista de Siria.
La Turquía de Erdogan, de hecho, llegó de una política exterior basada en la premisa “cero problemas con los vecinos” a no hay ningún vecino con el que no tenga problemas. Semejante giro político, que pasó de lazos pacíficos y amistosos con los vecinos a intervenciones militares o no militares, directas o indirectas, en Siria, Irak y Libia, recuerda a la teoría de la “vuelta a la era otomana”.
El presidente turco pensó que al agredir a las fuerzas sirias en Idlib, las podría vencer con facilidad, obviando que estaría adentrándose en una ciénaga sin retorno.