La falsa guerra entre Ayuso y el gobierno de Sánchez sirve para alimentar el escenario favorito del poder: PP (y aliados) contra PSOE (y aliados). Es decir, y cambiando los personajes, lo mismito que empezaron a vender en 1978 y para el que, al parecer, aún tienen existencias. Yo confino porque me interesa la salud y tú no quieres porque te interesa más la economía. Una milonga servida desde los medios de desinformación masiva como casi una guerra para que sea creíble y digerida como un disyuntiva entre izquierda y derecha. La prensa progre busca en Sánchez, Illa y Simón a sus héroes, y la otra en Ayuso, Casado y Almeida a sus ídolos. Mientras, unos y otros defienden al Rey con entusiasmo servil, hablan de «instituciones democráticas» como si las hubiese, y no dudan en alabar la represión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en Vallekas, y en donde les haga falta. La farsa también tiene las patas cortas. En estos días que Mafalda debe andar llorando por los rincones sin nadie que le escriba, tomamos prestado uno de los dichos de Don, maestro, Quino, para describir el entusiasmo que nos provocan los ayusos y sánchez. ¿Será muy demagógico decir que se vayan ambos?
Si la disyuntiva es Sánchez o Ayuso, paren el mundo que nos bajamos
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