Moscú ha advertido a Londres que habrá consecuencias en caso de que se repita el incidente de junio, cuando un barco británico cruzó aguas territoriales rusas cerca de Crimea.
En declaraciones a la BBC, el embajador de Moscú en el Reino Unido, Andrei Kelin, pidió al Reino Unido que no vuelva a intentar la misma maniobra, sugiriendo que el Kremlin no dudaría en ordenar una acción decisiva para proteger su soberanía.
Hizo hincapié en que la Armada rusa lo pondría “mucho más difícil” si el incidente vuelve a ocurrir.
Las fuerzas navales del Reino Unido aumentaron las tensiones en el Mar Negro el 23 de junio, después de que el buque de guerra británico HMS Defender violó deliberadamente las aguas territoriales rusas frente a la costa de Crimea al entrar tres kilómetros más allá la frontera, cerca del Cabo Fiolent.
Moscú describió el incidente como una violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, y convocó al embajador británico en Moscú para protestar enérgicamente por lo que llamó la violación de su territorio por parte de los barcos británicos. Sin embargo, Londres dijo que el barco había pasado pacíficamente por “aguas ucranianas”.
El embajador continuó explicando que el incidente no fue un paso “inocente”, sino una afirmación británica de que las aguas pertenecen a Ucrania, lo que, dijo Kelin, “no es en absoluto una realidad”. Advirtió a Londres que “la próxima vez será mucho más difícil para ellos”.
La advertencia del embajador viene inmediatamente después de los comentarios del subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Mijail Popov, quien advirtió a Londres de manera más directa, diciendo que la marina del país usaría los “métodos más duros” para “frustrar tales acciones”.
“Sugerimos que nuestros oponentes piensen mucho en planear tales provocaciones y consideren las capacidades de las Fuerzas Armadas de Rusia”, dijo.