Durante una sesión informativa al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), el representante permanente de Siria ante la ONU, Basam al-Sabaq, rechazó el lunes una serie de acusaciones hechas en la reunión por algunos países participantes, incluidos EE.UU., Francia y el Reino Unido, de que el Gobierno de Damasco estaba violando la Convención sobre Armas Químicas y no cooperaba con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El diplomático sirio recalcó que Siria se opone vehementemente al uso de armas químicas bajo cualquier circunstancia, se ha unido voluntariamente a la dicha Convención y cumplió con sus obligaciones estipuladas en el tratado, y está ansiosa por cooperar con la OPAQ para cerrar su expediente lo antes posible.
Al-Sabaq afirmó que las declaraciones de algunos países en la sesión demuestran que aún se muestran inflexibles en no admitir la verdad, continúan politizando el expediente químico sirio y formulan acusaciones infundadas en el gobierno de Damasco.
Además, lamentó la ausencia de imparcialidad en las reuniones informativas de la secretaria general adjunta de Asuntos de Desarme de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Izumi Nakamitsu.
En este contexto, el funcionario sirio criticó que el comité de investigación de la OPAQ todavía no quiere aceptar el hecho de que los grupos terroristas que causan estragos en Siria estén en posesión de productos químicos tóxicos, denunciando la campaña de desprestigio que se está llevando a cabo contra su país.
Al-Sabaq indicó que Siria y otros países han exigido con frecuencia una revisión del informe sobre el presunto ataque químico en la ciudad siria de Duma (Guta Oriental), especialmente ahora que la cadena británica BBC también ha admitido que mintió sobre este presunto asalto de abril de 2018 confesando que el documental que difundió al respecto contenía “graves inexactitudes” y “afirmaciones falsas”.
Pese a estas confesiones, el embajador sirio agregó que algunos Estados miembros del Consejo de Seguridad insisten en la politización del expediente químico sirio al cuestionar la cooperación del país árabe con la OPAQ, hacer la vista gorda a las actividades de los grupos terroristas en Siria y manipular los mecanismos para aprobar una resolución contra Siria.
Al defender a Siria en la sesión, el representante ruso también cuestionó que la OPAQ se ha convertido en un instrumento politizado utilizado por los Estados occidentales para castigar a los Gobiernos no deseados.
Además, el representante permanente adjunto de China ante la ONU, Geng Shuang, salió en defensa de Siria y reiteró su llamado a la secretaría técnica de la organización para que “respete la naturaleza técnica y el espíritu de imparcialidad, objetividad e independencia” con respecto al expediente químico en Siria.
En abril de 2018, los llamados “cascos blancos”, que son financiados por varios Estados occidentales, entregaron a la OPAQ dos cilindros que contenían gas cloro, acusando a Damasco de haber lanzado esa sustancia contra los residentes de Duma, al este de Damasco (capital siria). Bajo este pretexto, EE.UU., el Reino Unido y Francia atacaron Siria. No obstante, un informe de la misma OPAQ demostró que este “ataque químico” fue un montaje de los terroristas para culpar al Ejecutivo de Bashar al-Asad.
De vez en cuando, el Occidente intenta repetir el mismo escenario en el país árabe con el objetivo de forzar a la comunidad internacional a actuar contra Siria, que desde 2011 enfrenta un conflicto armado provocado por grupos armados y organizaciones terroristas, apoyados por ciertos países occidentales.
Las acusaciones contra el Gobierno sirio se producen pese a que el país árabe entregó su arsenal de armas químicas en 2014 a una misión conjunta liderada por EE.UU. y la OPAQ, que supervisó la destrucción del armamento.
