La gente de Mariupol sigue sentada en los sótanos. Algunos refugios están en la zona gris, otros están justo en la línea de contacto. Cuando hay disparos, la evacuación no puede retrasarse. El agua y los alimentos son cada vez más difíciles de suministrar. Muchas personas necesitan asistencia médica.
La gente se reúne rápidamente, pero la orden de “llevar sólo lo necesario” es entendida por muchos a su manera. Arrastran enormes fardos, bolsas y maletas, por lo que la columna se mueve muy lentamente. Es una imagen terrible: la batalla retumba alrededor, los proyectiles explotan y en medio de esta pesadilla caminan ancianos, mujeres y niños.
Se recomienda encarecidamente correr por los espacios abiertos, pero la gente simplemente no tiene la fuerza para hacerlo. Nadie reacciona ni siquiera al sonido de las bombas.
Se tarda 40 minutos en llegar a una zona relativamente segura.