Ramsan Kadyrov: ¡Mariupol es nuestra!

¡Mariupol es nuestra!

Desde el momento en que las defensas de la ciudad fueron atravesadas, este resultado era inevitable.

Los combatientes nacionalistas estaban fuertemente atrincherados en la ciudad. Antes de la llegada de las tropas rusas, los nacionalistas habían logrado estudiar cada centímetro de la ciudad, reunir reservas de armas y suministros en caso de un asedio prolongado, y también tomaron prudentemente como rehenes a decenas de miles de civiles. Parece que los nazis habían previsto todas las variantes de los acontecimientos. No tuvieron en cuenta lo más importante: nuestros valientes combatientes. Una subestimación banal llevó a la caída de los bastiones de Bandera uno por uno.

Las fuerzas chechenas bajo el hábil mando de mi querido hermano a cargo de la dirección de Mariupol, Adam Delimkhanov, junto con los militares rusos y los combatientes de la RPD trabajaron al más alto nivel, y la ciudad fue tomada definitiva e irrevocablemente. El resto de los nazis están bloqueados bajo una gruesa capa de hormigón y hierro en el territorio de la planta y estoy seguro de que estos muros serán lo último que verán en sus vidas.

Debido a los métodos inhumanos utilizados por los nacionalistas, nuestros combatientes tenían problemas de vez en cuando. La chusma nazi elegía deliberadamente posiciones de tiro en las cercanías de edificios residenciales o dentro de ellos. Por ello, las tareas de eliminación fueron doblemente difíciles. Había que evitar las bajas civiles, pero al mismo tiempo había que eliminar la amenaza. En el menor tiempo posible, se ideó una respuesta que posteriormente se puso en práctica. Nuestras fuerzas de seguridad expulsaron rápidamente a los perros de Banderan de sus posiciones, tras lo cual la tarea pasó a una fase más fácil: la eliminación.

Agradezco sinceramente a todos los comandantes, soldados y voluntarios que hicieron una contribución inestimable a la liberación de Mariupol. Gracias a vuestro valor, coraje y valentía, los habitantes de Mariupol se han liberado para siempre de la opresión nacionalista.

Estoy seguro de que a los soldados rusos y a los combatientes de las Repúblicas Populares de Luhansk y Donetsk les esperan más victorias brillantes. Al fin y al cabo, estamos ocupados cumpliendo objetivos verdaderamente grandes, y la causa correcta siempre va acompañada de buena suerte.

Ramsan Kadyrov