“Nuestra exigencia mínima es que se confisque el cargamento del barco a favor de los enfermos de EB, para que quizás se compense una pequeña parte del daño material y espiritual que se les ha hecho”, aseveró la Fundación EB de Irán en un comunicado para dar seguimiento a las denuncias de los enfermos con epidermólisis ampollar (EB, por sus siglas en inglés), conocida comúnmente como ‘Piel de Mariposa’ que se vieron afectados gravemente por las sanciones de EE.UU.
La fundación hizo oficialmente el llamamiento el martes como una respuesta proporcional a la conducta ilegal de Washington, haciendo referencia a uno de los dos petroleros de bandera griega que Irán incautó el 27 de mayo en el Golfo Pérsico días después de una incautación anterior de un petrolero iraní por parte de Grecia a pedido de Estados Unidos.
Según la Fundación EB de Irán, los impactos adversos de las sanciones, que son parte de la campaña de “máxima presión” de EE.UU. contra Irán, están profundizando las heridas de los pacientes con EB y deben remediarse de inmediato.
Sanciones de EEUU, “terrorismo económico moderno”
Explicó que las sanciones “criminales” que Estados Unidos impuso unilateralmente a Irán han impedido que los pacientes con EB accedan a vendajes especiales y, como resultado, han infligido “numerosas heridas físicas y psicológicas graves a estos pacientes y sus familias”.
La fundación también criticó las sanciones estadounidenses como una violación de los derechos humanos fundamentales y el derecho internacional, diciendo que Washington ha cometido un acto de “terrorismo económico moderno” con tales embargos.
“La barbarie de las sanciones irracionales de Estados Unidos ha llegado incluso a impedir el acceso a artículos humanitarios que son vitales para la vida de los pacientes”, lamentó.
Estados Unidos lanzó la llamada campaña de máxima presión de sanciones contra Irán en 2018, después de salir unilateralmente del acuerdo nuclear firmado en 2015 con Teherán.
Las sanciones han restringido los canales financieros necesarios para pagar los productos básicos y los medicamentos, socavando las cadenas de suministro al limitar la cantidad de proveedores dispuestos a facilitar las ventas de productos humanitarios al país.
Irán ha denunciado repetidamente las sanciones como un acto de “guerra económica”, “terrorismo económico” y “terrorismo médico”.