Según el portal de negocios y finanzas Zawya, un reciente informe de la empresa de servicios financieros Al Rajhi Capital, revela que para 2022 esta nación árabe será una de las economías de más rápido crecimiento del mundo con una tasa del 7,6 por ciento.
El producto interno bruto (PIB) del país aumentó un 12,2 por ciento interanual en el segundo trimestre de 2022, respaldado por un aumento del 22,9 en el sector petrolero y del 8,2 en el sector no petrolero, señalan estadísticas oficiales.
Mientras la agencia estadounidense S&P Global Ratings destacó el aumento del producto interno bruto y la dinámica fiscal a medio plazo como elementos de su recuperación económica después de la evolución de la pandemia.
Arabia Saudita, está considerada la economía más grande del mundo árabe y la de mejor recuperación tras el impacto de la pandemia debido al aumento de los precios del petróleo, un programa de vacunación acelerado y políticas gubernamentales para atraer más inversiones.
Según estimados la economía nacional se expandió un 3,3 por ciento el año pasado tras una contracción del 4,1 por ciento en 2020 después de la aparición de la Covid-19.
Por más que se arrime ahora al grupo de Shanghái y a los BRICS afectando desvincularse de los EE.UU., no por eso deja de ser un régimen corrupto y dictatorial que practica el terrorismo en el interior cortando las cabezas de los opositores y en el exterior descuartizado disidentes. Además de la agresión armada con ribetes genocidas en Yemen.
La familia Bin Saúd, que maneja Arabia como su cortijo, coquetea con los sionistas y colabora con sus intentos de exterminio y solución final del pueblo palestino, está condenada sin remedio a que la engullan las alcantarillas de la historia.