Carta de presos de ETA con un análisis y un mensaje muy diferente al de la «izquierda abertzale»

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Un grupo de presos publicó esta carta en la revista KALAPUTXI

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La carta de opinión, firmada en noviembre de 2024 la publicó la revista vecinal Kalaputxi, de Mutriku, en su n.º 255 de diciembre de 2024.

Desde prisión

En primer lugar, queremos agradecer a la revista Kalaputxi que nuestra opinión, al menos parte de nuestro punto de vista, fluya por sus páginas. Ahora que estamos en cárceles del País Vasco (no en todas, siguen estando del lado francés), no podemos negar que vivimos más cómodamente, sin el peso de la dispersión y la distancia; Parece que hemos dejado atrás las inquietudes que provocan los largos viajes de familiares y amigos. Pues bien, para quienes no hemos aceptado el camino de la legalidad penitenciaria y por tanto pensamos que los presos todavía tenemos un rol o papel que desempeñar, la prisión sigue siendo prisión; con otros funcionarios penitenciarios, con otras instituciones penitenciarias, pero con el mismo castigo y crueldad eterna. Siendo así, para nosotros la fecha de liberación sigue siendo la misma que nos señalaron al inicio del encarcelamiento. Esto es así porque creemos que nuestro encarcelamiento, nuestro cautiverio, está y debe estar vinculado a la lucha por la liberación de nuestro pueblo. Por tanto, como creemos que la lucha por la liberación del País Vasco aún no ha terminado, aún nos queda un papel que desempeñar: mantener la legitimidad de la lucha política que nos llevó a la cárcel, sin negar ni condenar el derecho de un pueblo para resistir la opresión. Es decir, ni inclinarse ni arrepentirse. Básicamente, una coherencia política guía la actitud de la mayoría de los presos que no han entrado en la legalidad de la prisión.

Dicho todo esto, nos damos cuenta de que nuestro país y su lucha de liberación no son los mismos que nos aprisionaron; y por tanto no podemos trabajar a ciegas desde la perspectiva de tiempos anteriores. Por tanto, en esta época política caracterizada por la deriva y la incertidumbre, ¿en qué fase o momento se encuentra la lucha por la liberación del País Vasco? Han pasado más de trece años desde el fin del ciclo político caracterizado por la lucha armada y es obvio que las cosas no han mejorado, porque el opresor sigue más opresor que nunca y el oprimido está más oprimido que nunca. Pero parece que algunas personas no quieren ser conscientes de ello, porque estamos hablando todo el tiempo de convivencia, normalización y paz. Viendo sus palabras, parece que vivimos en una situación verdaderamente democrática donde la represión, presentada como una cuestión del pasado, es sólo una tendencia apetecible de unos pocos sectores reaccionarios. Y ahí están, fingiendo o embelleciendo la realidad, suavizando y desdibujando la cruda relación entre el opresor y el oprimido. Siendo así, la convivencia parece ser un problema que padece el País Vasco, y no sólo eso; por lo tanto, no hay razón para luchar, al menos no hay razón para una lucha liberadora o revolucionaria; ni ahora ni en el pasado (tenemos como prueba el documento de negativa de aquel otoño de 2021). La opresión, sin embargo, es una realidad que se nos revela todos los días, que no se puede evitar y por eso, precisamente porque no se puede tapar, porque es estructural, intentar suavizarla, desdibujarla o normalizarla profundiza la propia opresión, destruyendo la conciencia de los oprimidos.

Ha pasado también bastante tiempo desde que se hiciera la siguiente crítica al Movimiento de Liberación Nacional Vasco: que la derrota militar no debe llevarnos a la derrota política. Una vez más, fue una reflexión que cobró fuerza, relevancia, hacia el final de la fase de batalla anterior; siendo tiempos de gran represión y desesperación, la efectividad de la estrategia político-armada quedó en entredicho. Sin embargo, se puede decir que este período de gran debilidad no condujo al fracaso político. Sin embargo, el posterior retroceso, incluso ideológico, definido como un cambio de estrategia, ha llevado al fracaso político de lo que alguna vez se conoció como ENAM. En cierto modo, ha renunciado a la causa y se ha integrado completamente en el opresivo sistema político español; tratando de encontrar un camino hacia la liberación que no existe allí. Recordando la frase de un famoso dirigente del ENAM, era necesario dar la vuelta al trasatlántico; pero parece que más que girar han hundido al trasatlántico, y con él a todo un movimiento. Y ahí es donde estamos ahora, en ese punto; buscando una nueva estrella en una noche más oscura que nunca. Presos arrojados a las cárceles (los que no entraron por canales oficiales, pero también los que entraron), la represión es más estricta que nunca y más violenta que nunca…

Este pequeño País Vasco parece tener un futuro sombrío. Suele decirse que la intensidad o los impulsos de las luchas de liberación son cíclicos, y que el contexto global juega un papel importante incluso en estos pulsos contra la opresión que se dan en distintos rincones del mundo. A nosotros nos pasará lo mismo, que estamos en una fase de bajada y que, en algún momento, nos llegará la fase de subida; pero también está claro que si no ponemos hoy unas bases sólidas, cuando llegue la fase ascendente no subirá nada en el País Vasco, no se creará ningún nuevo incendio. Afortunadamente, si todavía existe una cultura política resistente e inconformista en este país oprimido, no toda se ha hundido con el trasatlántico. Ahora bien, a partir de esta poca conciencia del pueblo oprimido, nos toca a nosotros inventar la creación de un nuevo movimiento de liberación; dejando de lado todo izquierdismo, dogmatismo e infantilismo y dejando claro que no buscamos un pueblo para una teoría, sino una forma renovada de centralizar la liberación social y nacional del conjunto del País Vasco (recordando a Telesforo Monzón). Así, junto con la liberación completa del resto de los pueblos oprimidos del mundo, se hace realidad la consigna de pueblos libres en pueblos libres.

Quisiéramos terminar esta carta con un mensaje amargo o apasionado, de esos que se entregan para deleitar los oídos de quienes los escuchan. Pero no lo haremos porque creemos que en este momento nuestro pueblo oprimido no necesita falsas ilusiones. Por otro lado, pensamos que se necesita un pueblo que sea consciente de la situación que vive, porque es fundamental que tenga esa conciencia. En este sentido, las condiciones que vive actualmente el País Vasco auguran en general un futuro político dudoso, siendo destacable el retraso ideológico y de conciencia que se ha producido. ¿Y ahora qué? Bueno, no tenemos una fórmula mágica; la lucha tendrá que continuar. Y como hablamos de presos, además de ser el resultado de la fase anterior de lucha, también somos una demostración de ella, una brasa roja no apagada. Precisamente por eso consideramos que nuestro aporte se ubica ahí en la fase actual, en esa conexión entre el ciclo de lucha anterior y el presente. Porque consideramos importante enfatizar la continuación de la lucha; porque tener una perspectiva histórica a la hora de emprender caminos renovados puede ayudar a preservar el norte. Simplemente, un fuerte abrazo de lucha a todos y ¡que el País Vasco sea libre!

Zaballa, en noviembre de 2024 –

https://www.kalaputxi.eus/2024-255


1 COMENTARIO

  1. Nuestros camaradas deben salir de prisión con ayuda de la lucha revolucionaria ,con la voluntad férrea de los aún tienen sus ideales fuertes e inamovible, los que están libres tienen el compromiso de comprometerse con su liberación, los muertos por la causa lo exigen .

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