EE.UU. llevó a cabo operaciones especiales en 138 países del mundo, el 70% de todos los Estados que existen en el planeta.
Independientemente de ello, de las toneladas de bombas arrojadas sobre Siria, de la destrucción de Libia y otras “bagatelas”, seguro que podría haber aumentado el número de asesinados por sus drones: más de 2.500, la mayoría niños.