Darío Herchhoren. – La península de Corea, como casi todos los países del sudeste asiático eran monarquías, y en Corea había una monarquía que fue depuesta por el imperio japonés que invadió el país en 1910; incorporando ese territorio al Japón. Como todo imperio insular, Japón tenía como máximo objetivo hacerse con territorios en tierra firme, y empezó por la pobre Corea, que era un país de pescadores, campesinos y pequeños ganaderos.
Usando la tradicional brutalidad japonesa, el pueblo coreano fue sometido a todo tipo de calamidades tales como esclavitud, esclavas sexuales para divertimento del ejército japonés, traslados forzosos de miles de coreanos al territorio japonés como mano de obra forzada y barata, y saqueo de propiedades.
Esta situación duró hasta la derrota del Japón en 1945 tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki. Dentro del territorio coreano se desarrolló una guerrilla que hostigaba a los japoneses con la ayuda inestimable de la URSS, que tiene fronteras comunes con Corea. Durante la segunda guerra mundial, se crea en Corea el Partido de los Trabajadores de Corea de la mano de Kim Il Sung, que es el primer presidente de la República Popular y Democrática de Corea, conocida como Corea del Norte.
El sur de la península, estaba ocupada por el ejército norteamericano, que ya había ocupado Japón, y en el sur los USA crean un estado títere al que llaman República de Corea.
En 1950, y hasta 1953, transcurrió una guerra, a la cual se llamó “guerra de Corea”, entre el norte (socialista) y el sur (capitalista). Esta es la primera gran mentira. El pueblo de Corea, todo el pueblo coreano, tanto del norte como del sur, ansiaba que Corea sea un solo país, bajo la dirección de Kim Il Sung, que había ganado gran prestigio tras su destacado rol en la creación del ejército popular en el norte, y los durísimos golpes que infligió al ejército imperial japonés.
El Ejército Popular, entra en el territorio del sur donde es recibido por la población como libertador, y rápidamente y casi sin resistencia, ocupa casi toda la península. Esto despierta las alarmas en USA, y tropas de infantería de marina desembarcan en Inchon, cerca de Seul en el mar de Corea (oeste de Corea) y en Pusan, al sur, y con una abrumadora superioridad militar, hacen retroceder al ejército popular, que tras cosechar grandes derrotas, comienza un retroceso, que llega casi al río Yalú, frontera con China. Ante el peligro que ello implicaba para la propia China, su gobierno moviliza un ejército de un millón de soldados, y lo envía a Corea a defender a sus hermanos coreanos.
El ejército chino, junto con el ejército popular coreano derrotan a los USA, y lo hacen retroceder hasta el paralelo 38, actual frontera provisional entre ambas Coreas.
En 1953, hay un armisticio, y comienzan conversaciones de paz, cuyo mayor logro es la creación de una zona desmilitarizada, y una oficina de reunión de ambas partes en la aldea de Pan Mun Jon.
Esta es la situación actual, donde solo hay un armisticio, y donde la situación de guerra se mantiene invariable desde 1953.
A todo esto, ha habido intentos por parte de los gobiernos de ambos países de llegar a acuerdos para lograr una paz definitiva mediante un acuerdo y negociar la reunificación de las dos Coreas.
Sin embargo, y siguiendo la tradicional política imperialista, los USA no retiran su ejército, y mantiene en el sur 50 mil militares desde el año 1953, y creando un foco permanente de conflictos, mandando unidades navales a Corea, y desplegando un sistema de misiles de largo alcance, que amenazan el territorio de China y el de Rusia.
Por otro lado la obediente prensa occidental lleva a cabo una campaña de injurias contra Corea del Norte con las acusaciones más absurdas, su “hermeticidad”, su culto a la familia de Kim Il Sung, su negativa a “negociar”.
Todo esto es falso. No hay tal hermeticidad, ya que hay vuelos turísticos a Corea del Norte, y su gobierno si ha negociado a seis bandas, con las dos Coreas, Japón, USA, China y Rusia.
En esas negociaciones se llegó al acuerdo de normalizar las relaciones entre USA y la RPDC, instalando embajadas, y construyendo dos centrales nucleares de agua ligera. La RPDC a cambio renunciaba al programa nuclear y a las armas nucleares.
Pasaron cinco años, cinco largos años donde no se cumplió por los USA ninguna de las obligaciones contraidas, y solo pasados esos cinco años largos sin cumplir, es que la RPDC reanuda su programa nuclear. ¿Quién es el incumplidor?
Ahora, al día de hoy, Corea se defiende de una posible agresión de los USA, y su mejor garantía son sus armas atómicas, que pueden llegar al territorio USA, y arrasar Japón y el sur de Corea.
La RPDC, es el malo, el Satanás. Pero si no hace lo que hace será invadida y sometida. Se cumple el viejo consejo: pueblo armado, pueblo respetado.