El Grupo de Lima decidió no reconocer al Gobierno de Nicolás Maduro por considerar ilegítimas las elecciones en las que el heredero de Hugo Chávez fue reelegido.
El 22 de mayo de 2018 Nicolás Maduro fue proclamado el ganador de la carrera hacia Miraflores, dos días después de las elecciones presidenciales.
Desde el primer momento, la oposición venezolana, EE.UU. y otros países calificaron los comicios de fraudulentos. Para aumentar las presiones a Maduro, el llamado Grupo de Lima anunció desde Perú que no reconocerá al Gobierno de Caracas, que tomará funciones el 10 de enero.
El bloque autorizó también a 14 países miembros a adoptar medidas concretas para evaluar el nivel de sus relaciones con Venezuela. México se marginó de la declaración del Grupo de Lima y rechazó firmarla.
Lo llamativo es que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se unió al evento por teléfono desde Washington, capital de EE.UU., aunque su país no forma parte del Grupo de Lima.
Pompeo viajó hace días a América Latina. En Brasil, llamó a crear un frente común contra países como Venezuela y en Colombia se comprometió a hacer “todos los esfuerzos necesarios” para lo que consideró el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
Maduro, amén de defender las elecciones en Venezuela como libres y transparentes, acusa a Washington y a sus aliados de buscar su derrocamiento a través de presiones diplomáticas y una amplia guerra económica.
El presidente de Venezuela insta tanto a la Casa Blanca como a sus adversarios en la región a dejar de intervenir en los asuntos internos del país bolivariano.