La Audiencia de Barcelona condenó por desórdenes Laia Roca y Luis Mollón, dos vecinos de L’Hospitalet de Llobregat acusados de haber participado en unos disturbios en la manifestación contra la detención de Carles Puigdemont el 25 de marzo de 2018.
Contra ellos, tan sólo estaba la palabra de dos agentes de la Guardia Urbana de paisano que los identificaron cuando volvían a casa, y la acusación no ha sabido encontrar ninguna prueba gráfica de su culpabilidad. A pesar de la debilidad de las pruebas, la fiscalía española pedía seis años de prisión para Mollón, a quien acusaba de desórdenes y atentado contra la autoridad para, supuestamente, haber movido unos contenedores cuando los Mossos dispersaban la concentración y haber lanzado una botella contra un furgón de los antidisturbios.
Para Roca, pedía una condena de dos años de prisión por un delito de desórdenes, también por haber movido supuestamente un contenedor. Finalmente, los han condenado, respectivamente, a un año y un año y seis meses de prisión, unas penas que no les harán ingresar a ningún centro penitenciario, pero que quieren decir que el tribunal da credibilidad en la versión de la acusación.
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