Publicada el 5 de octubre en el periódico alemán Augsburger Allgemeine, la entrevista con Juncker se produjo poco después de la emisión de un informe en el medio Político en que se afirmaba que en diciembre de este 2023 el bloque quiere iniciar conversaciones para adherir a Kiev.
Según el expresidente de la Comisión Europea, Bruselas no debería «hacer falsas promesas a la gente de Ucrania».
Para Juncker, la UE debería diseñar una etapa de «adhesión parcial» para las naciones que aspiren a unirse al grupo. La idea sería dar acceso a algunos de los beneficios de participar en el bloque de integración europea mientras estas naciones pueden demostrar avances en reformas administrativas.
A inicios de la primera semana de octubre, el Gobierno estadounidense envió un ultimátum a Kiev. Según el legislador ucraniano Iaroslav Zhelezniak, Washington quiere que su país pase 45 días sin un escándalo de corrupción importante.
Según Zhelezniak, el país «recibió una tarjeta amarilla» y ahora debe ser «más santo que el papa» si quiere seguir recibiendo ayuda financiera de EEUU.
El Gobierno de Joe Biden ya enfrenta fuertes repercusiones internas por su firme apoyo a Ucrania, en un contexto en el que legisladores y ciudadanos cada vez rechazan más el envío de recursos al Gobierno de Volodímir Zelenski.
En ese sentido, la división en el Congreso de Estados Unidos sobre el tema provocó un sisma político esta semana, al ser uno de los puntos claves en la destitución del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
Ucrania es demasiado corrupta para existir.