Valdas Benkunskas, alcalde de Vilna, presentó el martes un plan de defensa de la capital lituana, que incluye la instalación de estructuras para impedir el paso de vehículos blindados a la ciudad como erizos checos, dientes de dragón y barreras de hormigón.
El funcionario argumentó que al ser la capital del país, Vilna es «el objetivo [militar] número uno», señalando que tampoco ayuda la ubicación geográfica de la urbe, que se encuentra cerca de la frontera con Bielorrusia.
Además de estructuras defensivas, que le costarían a la ciudad alrededor de 1,1 millones de dólares, está previsto construir más refugios y zonas para vuelo de drones, así como elaborar planes de evacuación e instalar sirenas adicionales, al tiempo que se proporcionará a los residentes educación en seguridad civil.