Ya sesiona, desde ayer, en la ciudad rusa de Kazán, la XVI Cumbre del Grupo Brics, la cual tuvo su primer suceso informativo cuando el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, sostuvieron una reunión en la que aseguraron que «tomamos el sendero correcto», al referirse al auge de las relaciones bilaterales, y al proceso de desarrollo y consolidación del bloque.
Esta será una cita de definiciones para allanar el camino, y también enfrentar los desafíos de un mecanismo con un peso importante a nivel global. Se trata de un grupo de naciones que abarca prácticamente la mitad de la población mundial, un 40 % de la producción de petróleo, alrededor del 25 % de la exportación de bienes, y el 36,8 % del pib global por paridad de poder adquisitivo, superando al g7, que se sitúa en el 29 %, de acuerdo con el Banco Mundial.
Según Yuri Ushakov, asesor presidencial ruso, citado por Telesur, «habrá un proceso de preparación de los nuevos miembros para su futura participación en los Brics, afirmó.
Al Rusia asumir la presidencia de los Brics, en 2024, comenzó con la admisión de nuevos miembros: Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, además de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, que lo integraban inicialmente.
El grupo, visto como una oportunidad para el surgimiento de un nuevo orden internacional más justo y democrático, encara desafíos como la consolidación de un marco organizativo, un reglamento, una carta fundacional o una estructura operativa definida, pendientes que son aún más importantes con la incorporación de nuevos socios.
A la Cumbre fue invitada Cuba, que asiste con una delegación encabezada por el miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, que explicó en x que las circunstancias actuales impiden la asistencia del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien dirige, personalmente, los esfuerzos para restablecer el Sistema Eléctrico Nacional y enfrentar los daños ocasionados por el huracán Oscar.
Telesur también dio cuenta de la llegada a Kazán del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien dijo: «Venimos con nuestros sueños y esperanzas de un mundo sin colonialismos ni imperialismos».
