Marco M. Rodríguez Pestana (Unidad y Lucha).— Como ejemplo de que se intenta retrotraer a la sociedad en el estado español, como en el resto del mundo, a unos tiempos sombríos de recortes sociales, laborales y de derechos que los optimistas pensaban haber dejado atrás, traemos a colación la decisión del Cabildo de Tenerife (en manos de Coalición Canaria y el PP) de renombrar el monumento como “Monumento para la Concordia” y resignificarlo como “un espacio de memoria que promueva la paz y el entendimiento de los ciudadanos”.
Recordemos que esta corporación, al igual que el ayuntamiento, pelearon judicialmente para sacarlo del Catálogo de Vestigios Franquistas, concluyendo que esta estatua no se ajusta a las leyes de la memoria histórica. Esta fuente escultórica, obra de Juan de Ávalos y situada en la Avenida de Anaga, en pleno centro de la capital tinerfeña, fue inaugurada en marzo de 1966, y el NODO de la época señala claramente que “conmemora la partida del generalísimo Franco cuando, capitán general de Canarias, salió de aquí para acaudillar el movimiento nacional”. Ya en 2010 el Ayuntamiento le dio el nombre de “monumento al Ángel Caído” para “blanquear” su origen de clara exaltación del dictador y de su victoria en la guerra civil.
El juzgado de lo contencioso administrativo nº 3 de Santa Cruz de Tenerife, a cargo de la jueza María Isabel Pardo Vivero Alsina, en contra de valoraciones contrarias emitidas anteriormente por expertos en la materia, como son la Unidad Técnica de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna, que concluyeron que carece de valores artísticos excepcionales, considera que hay indicios de contener valor artístico y cultural y ordenó que el Cabildo de Tenerife incoara un expediente de Bien de Interés Cultura (BIC) en sentencia del mes de junio. La Corporación Insular dirigida por Rosa Dávila (CC), que ya había inundado las calles de Santa Cruz con carteles en los que se pedía a la ciudadanía que defendiera el monumento, anunció el viernes 4 de octubre a través del BOC que inicia los trámites para incoar dicho expediente.
El anterior gobierno canario (PSOE, Podemos, Nueva Canarias, Agrupación Socilista Gomera y AHI) había incluido, en aplicación de la Ley Democrática de Canarias, el monumento en el catálogo de vesitigios franquistas, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Canarias suspendió esta inclusión de forma cautelar por defectos de forma. Para que luego se quejen de que la “Justicia” no actúa con celeridad (claro que para según que casos y cosas). Y recordemos que en el informe de la ULL se decía que “es un complejo que vulnera los principios democráticos de convevencia, y contribuye a la distorsión de la verdad histórica al tiempo que es la muestra más exacerbada de exaltación del dictador como figura mesiánica”.
En él se localizan hasta nueve símbolos creados por el escultor con ocasión de la conmemoración de 1964. Por un lado, la victoria obtenida por el ejército sublevado en la Guerra Civil Española (imagen de la victoria); la isla de Tenerife como referente geográfico de la planificación de la rebelión militar (relieve en forma piramidal como base del monumento), la relación de lealtad de la isla de Tenerife a la figura mesiánica de Franco. El cuarto símbolo es la pretensión de elevar al dictador al rango de referente metafísico sancionado por el auxilio del arcángel. Además, menciona “la reivindicación de la iniciativa militar contra el gobierno de la República como una guerra santa, a través de la alegoría del general Franco mostrando la espada como cruz, símbolo de la “cruzada de liberación”. Por último, la presentación de los escudos de los nueve partidos judiciales de la provincia como escenario de “respaldo a la acción del vuelo del general Franco en el Dragon Rapide para iniciar la sublevación militar constituye una evidente vulneración de la verdad histórica y un símbolo que atenta contra los principios desarrollados en la Ley de Memoria Histórica”.
¿Queda alguna duda de qué pretenden los defensores de este adefesio y por qué?