Níkolas Stolpkin.— Cuesta entender que un continente que vivió dos guerras mundiales ahora se deje arrastrar por los intereses de un país (EE. UU.) ajeno al continente. El grado de sumisión a EE. UU. es brutal.
La Europa del presente siglo (XXI) es una Europa dependiente de los intereses de EE. UU.
Si bien, antes del conflicto Rusia-Ucrania, sabíamos que Europa era un “socio estratégico” de EE. UU., con el actual conflicto queda en evidencia de que Europa es sencillamente una “empleada estratégica” de EE. UU., que debe hacer lo que su amo le ordene.
UE-OTAN: las cadenas de Europa
Europa es prisionera de dos estructuras que pareciera ser que sirven más a los intereses de EE. UU. que a los pueblos de Europa: la Unión Europea y la OTAN.
Son esas dos estructuras que a EE. UU. les ha servido muy bien, sobre todo, quizá, la UE. ¿Qué mejor que Europa tenga una sola respuesta a que tenga múltiples respuestas?
El único país de Europa que podríamos considerar algo independiente sería Gran Bretaña; ese mismo que salió de la UE.
El camino de la guerra
La UE pudo haber tomado el camino de la diplomacia, o incluso mirar hacia otro lado, con respecto al conflicto en Ucrania, pero terminó optando por el camino guerrerista de EE. UU., como si hubiera sido un país miembro de la OTAN al que se había atacado.
Hoy ese camino le ha costado a Europa depender aún más de EE. UU.
Bases militares de EE. UU. en Europa
¿Cuántas bases militares tiene EE. UU. en Europa? ¿Los propios europeos están conscientes de la presencia militar estadounidense en el continente? ¿Europa tiene naturalizada esa presencia militar estadounidense? ¿Algún país de Europa tiene bases militares en EE. UU.?
Se supone que los países independientes, con total soberanía sobre su territorio, no tienen bases militares extranjeras o presencia militar extranjera.
Conflicto en Ucrania: una oportunidad para afianzar la presencia estadounidense en Europa
El conflicto en Ucrania, sin duda, ha sido una gran oportunidad para fortalecer la dependencia política-económica de Europa con EE. UU.
Al quitar del camino a Rusia –al desacoplarse de Europa–, EE. UU. ha quedado como el máximo beneficiario. Ahora sólo faltaría China.
Lo principales obstáculos para el desarrollo pleno de Europa son la OTAN y la UE
En cuanto asuma la presidencia Donald Trump, lo más probable es que se inicie el total desacoplamiento económico con China, así como se hizo con Rusia. Y Europa obviamente seguirá siendo la más afectada.
Al hundir más y más a Europa, el continente quedará más dependiente de EE. UU., lo que le resultará muy perjudicial en el escenario económico actual y en el que emerge con fuerza el Bloque Capitalista Multipolar que poco a poco va dejando atrás al Bloque Capitalista Unipolar.
Europa debe elegir su propio camino
Una Europa libre de la influencia de EE. UU. será el comienzo de una Europa que estará dispuesta o actualizada a los nuevos cambios mundiales, dejando atrás estructuras obsoletas del mundo unilateral.
¿Qué tal si Europa, en un futuro no muy lejano, eligiera prescindir de los servicios “protectores” de EE. UU.? ¿Qué tal si Europa decidiera no tener más presencia militar estadounidense? ¿Pueden los pueblos de Europa expulsar la presencia militar estadounidense del continente?
Elucubremos
Si la principal razón de existencia de la OTAN se debe a la “amenaza rusa”, ¿qué pasaría si Rusia superara las ventas de “amenaza” y el día de mañana quisiera brindar protección a Europa? ¿Qué pasaría si Europa el día de mañana optara por tener socios estratégicos tales como Rusia o China? ¿EE. UU. aceptaría con resignación su derrota?
Mañana se venderá la “amenaza china” si Taiwán es intervenida militarmente por China. Pero… ¿qué pasaría si Taiwán decidiera optar por la protección de China? ¿Se trataría de vender, después, la “amenaza norcoreana”?
Europa y su propio camino
Sin ninguna duda, Europa se habría de desarrollar enormemente si pudiera optar por su propio camino y si decidiera actualizarse a los nuevos tiempos del mundo multipolar. Incluso si fuera más inteligente, Europa optaría por tener una buena vecindad en vez de querer ver “amenazas” donde no las hay, tal como les vende EE. UU. para mantener su presencia militar y satisfacer sus intereses geopolíticos.
¿Europa está preparada para empezar a caminar sobre su propio camino? ¿EE. UU. podrá soportar la ausencia de una Europa sin cadenas?
—