Sergio Pintado (Sputnik).— El gigante sudamericano tomó el mando del grupo fundado junto a Rusia, India, China y Sudáfrica el 1 de enero, bajo el lema «Fortalecimiento de la Cooperación en el Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible». Además de afrontar el desafío de consolidar un nuevo sistema de pagos alternativo al dólar basado en monedas locales, el mandato brasileño encuentra al bloque en franca expansión, con la reciente incorporación de nueve «estados socios»: Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajistán, Tailandia, Cuba, Uganda, Malasia y Uzbekistán.
Así las cosas, el período en el que Luiz Inácio Lula da Silva esté al frente de los BRICS podría ser, junto a la incorporación de Bolivia y Cuba como primeros latinoamericanos por fuera de Brasil en unirse, una oportunidad clave para que los BRICS tengan más resonancia en la región latinoamericana.
«Hay que decir que la presidencia pro témpore de Brasil es una gran oportunidad para el fortalecimiento de la base de los BRICS en América Latina y el Caribe y viene muy bien para la política exterior y las relaciones comerciales del Gobierno de Lula», consideró Prieto, académico de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
El experto recordó que la incorporación fallida de Argentina, que había iniciado gestiones bajo el Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) pero que las desechó tras la victoria de Javier Milei, permitieron «avivar la discusión sobre la importancia de la participación de otros países de América Latina y el Caribe».
A eso se suma, apuntó Prieto, que los BRICS atravesaron en los últimos años un proceso de «reformulación de criterios» que facilitó, primero, el ingreso de países como Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán el 1 de enero de 2024 y de los otros nueve un año después. Asimismo, otros estados como Argelia, Nigeria, Turquía y Vietnam se encuentran en proceso de adhesión.
Prieto sostuvo que las nuevas incorporaciones se dan en un contexto en el que «se empieza a evidenciar la importancia de la ampliación de las bases regionales» de los BRICS. Así, destacó que el grupo apuesta fuerte por el Sudeste Asiático con la adhesión de una potencia demográfica como Indonesia y marca presencia en África con Egipto, Etiopía y la posible adhesión de Nigeria.
Colombia y Chile, posibles candidatos
Así, Prieto entiende que «es Brasil el que tiene que trabajar en la ampliación de la base regional en América Latina, a través del Gobierno de Lula y también de Dilma Rousseff desde la presidencia del Banco de los BRICS». En ese camino, el analista identificó a Colombia y Chile como dos países sudamericanos que podrían aprovechar este año para sumarse al grupo.
El caso más claro es el de Colombia, ya que el presidente colombiano, Gustavo Petro, explicitó su intención de sumarse a los BRICS durante un encuentro que mantuvo con Lula en abril de 2024. El caso chileno parece menos cercano, ya que ni el presidente, Gabriel Boric, ni su canciller, Alberto van Klaveren, se manifestaron sobre el asunto. De todas maneras, contar con acuerdos de libre comercio con Brasil y China, por ejemplo, podría facilitar la gestión.
«Si Brasil consigue, al final de su mandato, alcanzar acuerdos o al menos una intención clara de Colombia y Chile de participación en los BRICS sería un logro importante para la ampliación de la base regional del grupo, además de para su política exterior», valoró Prieto.
Para conseguir ese objetivo, el analista considera clave que Brasil pueda mostrar «una diferenciación entre lo político, lo diplomático y lo económico-comercial» en el bloque, haciendo ver a los posibles nuevos miembros latinoamericanos las ventajas económicas de sumarse a los BRICS, especialmente en cuanto a inversiones en infraestructura.
Prieto enfatizó que será tarea del Gobierno de Lula poder presentar «esas cuestiones más concretas» a los gobiernos latinoamericanos, de manera de explicitar las oportunidades de inversiones multilaterales que América Latina puede recibir a través del Banco de los BRICS.
«Brasil tiene que ser más proactivo en cuanto a la identificación de los proyectos que puedan ser financiados a través del Banco y que puedan contribuir a la competitividad de los procesos productivos nacionales», afirmó.
Para el analista, las inversiones para estimular cadenas de valor, en el sector energético o de extracción de recursos naturales en zonas clave para la región como la Amazonía son campos que pueden resultar clave «en un proceso de fortalecimiento de la base regional de los BRICS».