China concluyó 2024 con un aumento notable en sus exportaciones, que crecieron un 10,7% interanual en diciembre, superando ampliamente las expectativas de los analistas. Según datos oficiales, el país logró un superávit comercial anual cercano a un billón de dólares, impulsado por envíos masivos a Estados Unidos, Europa y el sudeste asiático. Este repunte se debió en parte a una estrategia de las fábricas chinas para anticiparse a posibles incrementos de aranceles anunciados por el presidente electo estadounidense, Donald Trump. A pesar del avance en exportaciones, las importaciones crecieron solo un 1% en el mismo periodo, reflejando precios bajos en materias primas clave.
El comercio internacional sigue siendo un pilar vital para la economía china, que lucha por mantener un crecimiento cercano al 5%. El gobierno ha apostado por la innovación tecnológica y la diversificación de mercados, con aumentos significativos en exportaciones de vehículos eléctricos, impresoras 3D y robots industriales. Sin embargo, las tensiones comerciales con Estados Unidos y Europa, junto con restricciones sobre productos estratégicos, representan riesgos para 2025. Los analistas advierten que la posible imposición de nuevos aranceles podría provocar una caída en los envíos chinos hacia estos mercados clave.
En paralelo, Beijing busca fortalecer las importaciones y fomentar el comercio con países en desarrollo, en el marco de su iniciativa de la Franja y la Ruta. Mientras China se prepara para un año lleno de desafíos externos, las autoridades han prometido medidas de estímulo adicionales para impulsar la economía y proteger su posición como líder del comercio global.