
El pueblo sirio está siendo víctima de un genocidio contra los alauitas, que ha dejado en dos días al menos 237 personas muertas, mientras las mayores potencias de la comunidad internacional permanecen en silencio ante este nuevo conflicto.
La nueva disputa ocurre entre el Gobierno de facto que dirige a la nación y los alauitas —rama del islám— y en ese contexto se han cometido masacres en contra de ellos, representando la mayor ola de violencia de la que se tiene constancia desde la salida del Gobierno del presidente Bashar al Asad.
Ante la amenaza del nuevo régimen sirio, los nacionales con sus familias e hijos han tenido que desplazarse hacia la base militar rusa de Latakia, al noroeste del país, donde son resguardados.
En una posición genocida, la dirigencia de facto de Abu Mohamad al-Golani amenazó a los alauitas con que entregaran las armas, “antes de que sea demasiado tarde”, demostrando las intenciones del régimen de desparecer a la comunidad alauita.
“Han cometido un crimen imperdonable contra todos los sirios y han recibido una respuesta (…) Entreguen sus armas y entréguense antes de que sea demasiado tarde”, dijo el radical sirio.
Asimismo, dejó claro que su gobernanza los “seguirá persiguiendo”, como si fueran pocos los masacrados hasta la fecha.
Para hacer frente al genocidio, los alauitas crearon un Consejo Militar, encabezado por el general de brigada Qiath Suleiman Dalla, exoficial del antiguo Ejército Árabe Sirio (EAS).
A través de un comunicado, el Consejo aclaró que su objetivo es “liberar todo el territorio sirio de todas las fuerzas terroristas y ocupantes, derrocar al régimen actual y disolver todas sus instituciones represivas”.
Instó a los sirios de diversas sectas, regiones y etnias a que «se unan a nuestras filas y nos apoyen en este momento histórico».
Ello, con el propósito de “proteger la vida y los bienes de los ciudadanos, reconstruir las instituciones estatales basadas en principios nacionales y democráticos, crear condiciones para el regreso de los refugiados (…) y construir una Siria unificada e independiente, basada en el respeto de los DD.HH. y la justicia”.
En fotos: aluaitas se ven obligados a desplazarse a una base militar rusa de Latakia, al noroeste del país, donde son resguardados