
El militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los GRAPO, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32 años en prisión. Asegura que en estos momentos lo que más le preocupa es la situación internacional.
Manuel Pérez Martínez, conocido como ‘camarada Arenas’ por su nombre en la clandestinidad, tiene 80 años y hace apenas unas dos semanas que ha salido de prisión. En total, a lo largo de su vida ha permanecido recluido 32 años. Nació en el seno de una familia obrera de Melilla, tercero de 13 hermanos. Analfabeto, pronto comenzó a conocer la realidad que golpeaba a la clase obrera y a militar en el Partido Comunista de España (PCE). Rompió con la línea defendida por Santiago Carrillo y se convirtió en el secretario general del PCE reconstituido PCE(r) en 1975.
Algunos de sus militantes decidieron tomar las armas. Por las acciones de los GRAPO, que dejaron 86 muertos hasta el año 2000, el ‘camarada Arenas’ ha sido condenado en diferentes procesos judiciales en los que se investigaban secuestros y atentados. Él defiende que jamás ha formado parte de los GRAPO y que se le ha condenado por “un delito de opinión”.
En esta entrevista, la primera que concede tras su salida definitiva de la cárcel, Pérez relata su pasado militante en España, la clandestinidad en la que vivió en Francia y su extradición final. Mientras lo hace, intercala sus respuestas con anécdotas, da algunos golpes en la mesa, mueve efusivamente las manos y se acaricia la barba canosa.

-Usted llegó a Vallecas (Madrid) desde Tetuán en 1956. ¿Ahí es donde comenzó su concienciación política?
Yo he trabajado desde los siete años, primero en un taller de perdigones y luego en la construcción como escayolista, ya en Madrid y con 12 años. La conciencia empezó a brotar en mí desde el momento en que vi las condiciones en que los obreros teníamos que trabajar y vivir, porque toda mi familia vivía en una chabola sin electricidad, agua o aseo. Yo no encontré una vía de salida en el trabajo, sino en el barrio, el Pozo del Tío Raimundo.
-¿Conoció al padre Llanos?
Su capilla era el único lugar en el que se podía encontrar algo de “civilización”. Íbamos los chavales, porque la gente mayor estaba tan vapuleada que no se acercaba a la iglesia. Allí encontré a los que considero mis primeros camaradas, miembros del PCE, y a leer los primeros textos marxistas que me abrieron los ojos. Así me inicié yo en el difícil oficio de ser hombre.
-Llegaste a ir a la cárcel unos meses acusado de propaganda en 1970.
Me detuvieron en Carabanchel tirando unas octavillas, y me llevaron a la misma cárcel de Carabanchel. Yo ahí ya había roto con los carrillistas del PCE y comencé a juntarme con el PCE internacional de Catalunya. Compartí celda con uno de sus miembros del comité central y vi que eran trostkistas, así que me alejé de esa organización.

-¿Cómo llega a ser el mayor representante a nivel estatal de la Organización de Marxistas-Leninistas de España?
Este colectivo surgió en 1968 en el extranjero y se organizaba a nivel federativo. En la quinta reunión general que celebramos, desde Madrid defendimos el centralismo democrático y constituimos un comité de dirección en 1972. A partir de entonces sí que realizamos una verdadera labor comunista por la revolución. Poco a poco fuimos dándonos cuenta de que el régimen estaba en crisis y la represión no iba a parar, por mucho aperturismo que pregonaran, así que teníamos que estar preparados para lo que viniera. Nuestra idea era reconstituir el PCE.
-El 8 de junio de 1975 se celebró el I Congreso Reconstituyente. De ahí surgiría el PCEr, del que usted también sería secretario general. Siempre se ha ligado al partido con los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO). ¿Había alguna relación?
Nosotros nos queríamos preparar políticamente, pero hubo gente que pensaba que había que dar más leña, para lo que se ofrecieron personas de manera voluntaria. Yo dije que a esa gente había que apartarla del partido porque no éramos una organización armada que practicara la lucha por esa vía. Si querían dar caña, que lo hicieran con otras siglas y con sus propios planes.
-En cambio, desde el PCE(r) os posicionasteis a favor de algunas de las acciones armadas de los GRAPO.
Apoyamos lo que nos parecía justo en aquel momento. Hacíamos un análisis de la situación y en base a eso nos posicionábamos. Si se cargaban un torturador, pues nos parecía muy bien. Ahora, ni el PCE(r) había llevado a cabo esa acción ni tenía intención de hacerlo.
-¿Estos militantes del PCE(r) y a la vez de los GRAPO se desvinculan del partido en algún momento?
No existe vínculo orgánico con ellos en un sentido operativo. Jamás lo ha habido y nunca se ha demostrado una cosa así.

-Le detienen el 1 de octubre de 1977 junto con el resto de la cúpula del PCE(r) en Benidorm. ¿Qué ocurrió?
Se nos cayó encima la Policía. Nos requisaron las actas de la reunión que acabábamos de tener y otra documentación y no consiguieron nada. La prensa publicó que se había detenido a la cúpula de los GRAPO, pero nunca encontraron armas, ni planes, ni documentos que nos pudieran comprometer.
-En aquella ocasión le condenaron a siete años de prisión: cinco por asociación ilícita y dos por tenencia ilegal de armas. ¿No había armas?
Tenía una pistolita del calibre 22, un regalo. Qué curioso que en las noticias que contaban que me habían requisado un arma no dijeran su calibre. Al verla, me dijeron que o me la ponían a mí o a mi compañera, y les dije que era cosa mía, pero solo eso.
-¿Nunca ha disparado el arma?
Ni esa ni ninguna otra.
-¿Participó en algunos contactos entre el Gobierno de la época, a partir de noviembre de 1982, y los GRAPO?
En ese momento se dieron unas negociaciones en las que nosotros exigíamos al Gobierno que reconociera que no éramos terroristas, porque jamás se halló prueba para tales cargos, y una reparación moral. Con esta y otras condiciones, nos comprometíamos a utilizar nuestra influencia y argumentos para trasladar a los GRAPO la idea de que, si se respetaban esas condiciones, ya se podía hacer una labor política amplia sin recurrir a la lucha armada. Luego se repitieron algunas negociaciones, pero se convirtieron casi en un juego político y nunca fructificaron.
-¿El PCE(r) ha sido legalizado en algún momento?
Hemos sido alegales. Ni siquiera hemos intentado inscribirnos como partido político. Y además, también somos víctimas de la ley de partidos (de 2003).
-Salió de la cárcel de Soria el 9 de junio de 1984. ¿Qué hizo después?
Estuve apenas unos meses en Vallecas otra vez, pero el control era tal que tuve que pasar a la clandestinidad, a Francia. Primero me refugié en los Pirineos, en pleno invierno, estuve por los montes y luego me instalé en París. Yo ni sabía francés porque como medida de seguridad apenas hablaba con gente que no conociera.
-Algunas informaciones de la época señalan que a principios de 1991 tenía intenciones de entregarse a las autoridades españolas.
Eso es falso, totalmente falso. Eso es lo que ellos querían, pero yo resistí en Francia.

-Usted estuvo viviendo en la clandestinidad 15 años hasta que llegó su siguiente detención, en el año 2000. ¿Qué hizo durante todo ese tiempo y qué ocurrió para que le detuvieran.
Reconstruir el partido, porque nos habíamos quedado sin cuadros. Recuerdo que la primera reunión la realizamos hasta en el monte. Más tarde celebramos nuestro tercer congreso en 1993 y el cuarto en 1998.
Me detuvieron únicamente por llevar un carnet de identidad falsificado. Me condenaron a 10 años por eso, recurrimos y se quedó en ocho, y terminé cumpliendo seis hasta que me extraditaron a España.
-Ya en España, en 2009 le condenaron por el secuestro y la desaparición de Publio Cordón, empresario que residía en Zaragoza cuando en 1995 le secuestraron los GRAPO.
Lo que ahí ocurrió fue un accidente. A este hombre dicen que le tenían como a un invitado, muy bien tratado. Trató de escaparse y se descolgó desde una ventana del tejado, y se cayó y se mató. Murió en la calle, allí prácticamente.
-La familia pagó el rescate de 400 millones de pesetas y los GRAPO dijeron que habían soltado al empresario. ¿Usted sabe dónde está el cuerpo?
Yo no sé nada más porque nunca he sido de los GRAPO, y tampoco entiendo este afán de preguntar siempre por lo mismo. Parece que en 50 años de historia del PCE(r) lo único que hemos hecho ha sido secuestrar a este hombre.
-¿Por qué terminó usted condenado entonces por este secuestro?
Porque los tribunales españoles se sacaron de la manga algo como “la acción por omisión”. Ellos entendían que al ser el secretario general del PCE(r) también controlaba los GRAPO, cuando eso nunca ha sido así. Pensaban que podía haber dado la orden de no secuestrar o soltar a Cordón, y que no lo hice. Por eso me condenaron a siete años de prisión. ¿De verdad alguien cree que si hubiera secuestrado y matado a una persona la condena sería esa? A partir de entonces, utilizaron eso de “acción por omisión” para culparme de las demás acciones.
-En 2010 la Audiencia Nacional le condenó a tres años y medio de prisión por un ataque con explosivos contra repetidores de RTVE.
Yo no tengo nada que ver con eso.
-En 2011 le condenaron a tres años de prisión por ordenar la colocación de un artefacto explosivo en marzo del año 2000 contra la sede del PSC en Barcelona.
No sé absolutamente nada de eso. Nada, cero. ¿Ordenar yo? Jamás, nunca.
-En cambio, Fernando Silva Sande, antiguo militante de los GRAPO, afirmó en sede judicial que usted era el que señalaba “qué se hacía, cómo y cuándo”. También dijo que era “el responsable máximo” y que a usted “le correspondía siempre la palabra final en una organización piramidal como la nuestra”.
Te voy a contar la historia de Silva: hubo una reunión de militantes del partido a la que asistió cuando todavía estábamos en el monte. Una camarada le denunció por haberle violado, y no le fusilamos en aquel momento porque nosotros no empleamos las armas. Tomamos la decisión inmediata de expulsarle, y a partir de entonces se convirtió en un colaborador de la Policía, que dice lo que la Policía le dicta. Incluso en el juicio por el que me condenaron en 2012, otra mujer le acusó de violación. Era algo que nadie se esperaba que sucediera.
[Nota: La abogada de Silva Sande afirmó en la Audiencia Nacional que las relaciones sexuales fueron consentidas y que todo se trataba de una venganza por haber dejado los GRAPO].
-¿Mintió Silva?
Todo lo que dijo se lo había dictado la Policía, sí.

-Mencionaba el proceso de 2012. Le condenaron a 17 años de prisión por el ataque contra una empresa madrileña de trabajo temporal en enero de 1998. Es su condena más larga y la que le ha mantenido entre rejas hasta ahora.
No hay absolutamente nada que me relacione con esa acción. El problema es que nosotros nunca hemos aceptado el entreguismo ni nos hemos arrepentido de nada y a mí me han condenado por un delito de opinión. Pensar otra cosa es hacerle el juego a la guerra sucia, a la propaganda negra. Todo es mentira porque vuelven una y otra vez a condenarme por eso de “acción por omisión”, cuando yo nunca he pertenecido a los GRAPO.
-El pasado 5 de marzo salió definitivamente de la cárcel tras haberle computado los seis años de cárcel que cumplió en Francia. ¿Cómo es el mundo que se ha encontrado fuera?
La situación mundial nos preocupa especialmente. Desde el partido escribimos una serie de análisis que de nuevo vemos que se están cumpliendo. Hablo de la tesis del ultraimperialismo, que viene a decir que los Estados Unidos son los amos y señores del mundo. Pensamos que las contradicciones del mundo capitalista, que están de manera larvada, se van a manifestar. Basta que ocurra algo como la operación especial de Rusia en Ucrania para verlo. La OTAN, que tenía como objetivo cercar a Rusia y despedazarla para repartirse sus materias primas, ha salido mal, porque la burguesía rusa, que tampoco es que sean comunistas, ha defendido su territorio.
Que Europa se haya quedado fuera de las negociaciones sobre lo que ocurre en Ucrania va a facilitar las cosas. Ahora se reestablecerá un reequilibrio de fuerzas roto desde la Unión Soviética. Incluso en Rusia, Putin está adoptando políticas muy cercanas al socialismo. Es inevitable que el socialismo vuelva a Rusia. En materia militar, lo único que ha frenado a Occidente son las armas nucleares rusas. Hasta Trump le ha dicho a Zelensky que lo que está en juego es la tercera guerra mundial.
-¿En qué está centrado el PCE(r) actualmente?
Precisamente en esta situación a nivel internacional. En un momento en el que se han confirmado nuestras tesis, valoramos y analizamos la realidad internacional porque hay mucho en juego.
-Sus últimas condenas le han llevado a permanecer unos 25 años en prisión de forma continuada. ¿Qué es lo que más ha echado de menos este tiempo?
Uy… Bueno, mi familia, evidentemente. [Se emociona]. No quiero hablar mucho de ello. No conozco a mis nietos, con eso te lo digo todo. Tampoco he podido acudir a los sepelios de familiares y allegados que han fallecido en este tiempo. Y también he echado de menos a mis camaradas, que son mis hermanos, la otra familia, personas desinteresadas y valientes.

-Por último, ¿hay algo que haya marcado su pasado y que ahora haría diferente?
Hemos cometido muchos errores, sobre todo de subjetivismo. A veces hemos medido mal nuestras fuerzas, pensábamos que el movimiento se iba a desarrollar más deprisa, que tendríamos mayor apoyo. No ha sido así porque la oligarquía ha maniobrado y el revisionismo ha colaborado con ello. También hay que contextualizarlo todo. En aquel momento hicimos lo que hicimos por nuestras propias condiciones. Éramos muy jóvenes y no teníamos experiencia, y la dificultad era enorme. Había todo un Estado en contra.
-¿Y a nivel personal?
Yo no soy ningún santo y seguro que he cometido muchos errores… Sí me arrepiento de haberme opuesto a la ejecución de Silva cuando le acusaron de violación. Los compañeros iban a por él, y yo me opuse, y ahí hice mal.