No responderé, porque no quiero decir algo que alimente la polémica, yo defiendo mi honor y el esclarecimiento de la verdad, dijo el otrora mandatario (2007-2012) en el Tribunal de París, donde durante unas cinco horas fueron sus abogados quienes demandaron la retirada de los cargos, al esgrimir la ausencia de pruebas.
Sarkozy enfrenta siete años de prisión cerrada y una multa de 300 mil euros, solicitados a finales de marzo por la Fiscalía Nacional Financiera en un juicio junto a varios de sus colaboradores, acusados todos de financiar la campaña del 2007 con dinero libio.
Los procuradores afirmaron el mes pasado no tener dudas de la culpabilidad del expresidente y del esquema de corrupción fruto de un pacto con el otrora hombre fuerte libio Muamar Gadafi, asesinado en 2011.
En sus alegatos, señalaron el 26 de marzo apoyarse en las investigaciones realizadas sobre la campaña y en testimonios de libios y del empresario franco-libanés Ziad Takieddine, quien denunció la entrega por Gadafi de 50 millones de euros para el exlíder galo.
Les contamos del dinero que salió de Libia, del agente corrupto encargado de transportar las maletas, que el efectivo debía ser entregado a Claude Guéant (colaborador de Sarkozy) y que este hombre alquiló una caja fuerte a dos pasos del cuartel general de campaña y no pudo explicar el por qué, subrayó el fiscal Quentin Dandoy.
Sin embargo, la defensa insistió hoy en la ausencia de pruebas y de indicios de relación entre Gadafy y Sarkozy, acompañado en la audiencia por familiares cercanos.
Los jueces emitirán su veredicto el 25 de septiembre a las 10:00, hora local.
Sarkozy porta desde principios de febrero un brazalete electrónico tras su sentencia a un año de prisión por corrupción y tráfico de influencia, decisión sin precedentes en el país derivada del caso que data del 2021, llamado «asunto de las escuchas».