ANI PÉREZ. ¿Malos tiempos para la épica?

Publicado:

Noticias populares

En tiempos de derrota, la épica tiene dos grandes enemigos: los que la acusan de anacrónica porque hoy toca ser pragmáticos y los que la utilizan para embellecer lo miserable con palabras grandilocuentes.

 

Los primeros han renunciado a los objetivos últimos y no tienen más horizonte político que la defensa de un orden capitalista cada vez más decadente. A sus ojos, la firmeza de principios no es más que un purismo soberbio e infantil, propio de aquellos a quienes no les importan ni la realidad ni el presente. En nombre de la prudencia, los objetivos y los principios se han vuelto tan pequeños que el sentido del ridículo obliga a descartar cualquier épica.

Los segundos, en cambio, siguen nombrando los grandes objetivos, pero solo como un disfraz para ocultar que han renunciado a todos los medios que serían necesarios para alcanzarlos. Denuncian los males del capitalismo mientras mantienen la lealtad a su Estado; mencionan el socialismo mientras practican una política reformista; hablan de defender a la clase trabajadora mientras trabajan para impedir su independencia. Todo su proyecto está construido sobre la falsedad. Tanto es así que, si algo de esto se les señala, estos vendedores de ilusiones eligen siempre entre dos caminos: o bien acusar de mentirosos a quienes dicen la verdad, o bien deshacerse momentáneamente de su disfraz para convertirse sin pudor en los primeros ―los del falso pragmatismo― y así dejar a sus críticos de izquierdistas.

De este modo, los que visten la renuncia de realismo tienen su reverso en quienes enmascaran sus vergüenzas con grandes términos. Frente a unos y otros, los comunistas necesitamos recuperar una cierta épica: la de la conciencia clara y firme de nuestros objetivos últimos y de la misión histórica del proletariado. Una conciencia que nos permita entender la derrota del socialismo como un episodio temporal de una lucha que no ha acabado. Como es evidente, nada de esto significa engrandecer los pequeños pasos o cegarnos a la inmensidad de nuestra tarea. La épica bien entendida, aquella que se deriva de la grandeza de los propios fines, es hermana de la sobriedad y huye ―debemos recordarlo― del sobredimensionamiento de cada avance. Esto quiere decir, por lo tanto, juzgar nuestro presente con rigor, sin olvidar lo lejos que estamos de nuestros objetivos últimos, pero permitiéndonos evaluar nuestros avances como parte de ese gran proyecto. Significa, en definitiva, no cegarnos ante la inmediatez que solo puede ser fuente de debilidad para las organizaciones revolucionarias, tanto cuando lo inmediato es motivo de ilusión y de potencial ensimismamiento como cuando las cosas vienen mal dadas y se puede caer en la desmoralización.

Es desde ahí desde donde debemos juzgar avances como el Adelante, en relación a su aporte a la reconstrucción del proyecto comunista. En este sentido, es indudable que reunir hoy a cientos de jóvenes en torno a un contenido comunista debe ser motivo de alegría, pero hacerlo además en un encuentro organizado con sus propias fuerzas lo es aún más. Como suele ser habitual, ya hay quien nos ha acusado ―desde la conspiranoia o la mala fe― de recibir financiación del Estado, de los partidos capitalistas o de algún promotor privado. Y, una vez más, estos burdos intentos de difamación revelan algo importante: que nuestro esfuerzo militante nos permite organizar aquello que en general parece patrimonio exclusivo de quienes dependen directa o indirectamente de la burguesía. Esto es ya una forma de propaganda, en la medida en que demuestra en la práctica la fuerza de la organización independiente y del trabajo humilde, paciente y disciplinado. Que, como se dijo en el acto político, “así como la burguesía tiene el dinero, el arma de nuestra clase es la organización”. No hay duda de que el Adelante ha sido solo un pequeño paso, pero es un paso más hacia un gran objetivo: el rearme político, ideológico y organizativo de la clase trabajadora.

(Diario Socialista)

spot_img

DEJA UN COMENTARIO (si eres fascista, oportunista, revisionista, liberal, maleducado, trol o extraterrestre, no pierdas tiempo; tu mensaje no se publicará)

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas noticias

Jeffrey Sachs: «Nuestros políticos se han vendido al lobby israelí»

Israel ha arrastrado a EE.UU. "a una guerra tras otra", sostiene el conocido analista político y económico.