
Mariley García Quintana (Granma).— Tras la segunda vuelta electoral del domingo 13 de abril, signada por numerosas irregularidades, el estado de sitio y un proceso de persecución contra la izquierda, el empresario bananero y derechista, Daniel Noboa, ya es oficialmente presidente de Ecuador.
Con vistas a iniciar su legislatura, el venidero 24 de mayo, el mandatario ha realizado varios cambios en su gabinete ministerial mediante decretos ejecutivos, que incluyen nombramientos clave en carteras económicas y sociales.
Entre los movimientos más destacados figuran la designación de Sariha Moya como nueva ministra de Economía y Finanzas; el retorno de Luis Alberto Jaramillo al puesto de titular del Comercio Exterior; nombramientos a los cuales se sumó el del general de Brigada Henry Delgado Salvador como Comandante General de las Fuerza Terrestre.
Noboa asume su segundo mandato en un panorama marcado desde 2024 por una grave crisis de violencia asociada al narcotráfico. La tasa de homicidios cada 100 000 habitantes pasó de menos de siete en 2019 a 46 en 2023 y a 39 en 2024, y crímenes como el asesinato de un candidato presidencial estremecieron en ese contexto al país.
Como parte de sus cambios gubernamentales, Noboa ha señalado que uno de sus objetivos será promover una Asamblea Constituyente para reformar la actual Constitución, que se aprobó en 2008, durante el mandato de Rafael Correa, según refiere Russia Today. Ello traería a colación, quizá, la vuelta a la privatización de sectores sociales importantes, así como la reducción de presupuestos destinados a acciones públicas, promovidas durante una década por el correísmo.
De ahí que Noboa, según publica un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), planea aumentar la producción de petróleo, «teniendo en cuenta los riesgos asociados a los activos varados e incluyendo la promoción de una mayor participación privada», dice el documento citado por Telesur.
La permanencia en el poder del joven empresario se circunscribe a un momento en que la derecha latinoamericana busca consolidarse en el mandato del actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.