Un comité parlamentario italiano ha confirmado que agencias estatales utilizaron el software espía Graphite, desarrollado por la empresa israelí Paragon, para hackear los teléfonos de varios activistas vinculados a la defensa de los derechos de migrantes.
El informe, publicado este jueves y difundido por el periódico sionista liberal Haaretz, arroja luz sobre el uso de herramientas de vigilancia avanzadas por parte de gobiernos occidentales y renueva la preocupación sobre su posible abuso.
La investigación parlamentaria se inició tras el anuncio de WhatsApp, en enero, de que al menos 100 cuentas habían sido comprometidas por el spyware de Paragon.
Entre los objetivos identificados figuraban activistas de diferentes movimientos y un periodista de investigación conocido por sus críticas al partido gobernante de Giorgia Meloni. Sin embargo, el informe oficial descarta que el teléfono del periodista Francesco Cancellato, fundador del medio Fanpage, haya sido intervenido por agencias italianas.
El informe detalla que Paragon suministró Graphite a dos agencias italianas, incluyendo el servicio de inteligencia exterior, desde 2023.
La versión utilizada permitía acceder a comunicaciones cifradas, pero no activar el micrófono o la cámara de los dispositivos. El software aprovechó una vulnerabilidad de WhatsApp que fue corregida por Meta en diciembre de 2024.
Entre los activistas espiados figuran Luca Casarini, Giuseppe Caccia y David Yambio, aunque en este último caso se utilizó otro software no identificado.
Las autoridades italianas sostienen que la vigilancia fue “legal y autorizada”, pero el comité “recomienda reforzar los mecanismos de supervisión sobre el uso de estas tecnologías”.
El caso ha generado controversia, especialmente porque Paragon había intentado diferenciarse de otras empresas israelíes de ciberespionaje, como NSO, presentándose como “respetuosa de los derechos humanos”. Tras la revelación, Paragon ha suspendido temporalmente el acceso de los servicios italianos a sus sistemas.
Mientras tanto, el periodista Cancellato sigue sin respuestas claras sobre quién hackeó su teléfono. “Dijeron que los servicios de inteligencia no me espiaron, pero no explican quién lo hizo. Espero que el gobierno me ayude a averiguarlo”, declaró a la prensa.
El escándalo se produce en un contexto de creciente preocupación internacional por el uso de spyware en Occidente para espiar a la disidencia política.
diariosocialista / insurgente