La Arquidiócesis Ortodoxa de las provincias de Homs, Hama y Tartus emitió una declaración en la que condenó enérgicamente el tiroteo contra la Santa Cruz, erigida en la Iglesia, y lo tachó de atroz.
Este acto reprensible atenta contra la santidad de los lugares de culto y la seguridad ciudadana, indicó la fuente.
Llamó a alzar la voz contra toda forma de violencia y ataques a los lugares sagrados y consideró que esta brutal arremetida es una violación directa de la paz civil y la convivencia.
Afirmamos que tales actos atentan contra la moral de los buenos habitantes de Homs y de todos los sirios dignos, y buscan sembrar la discordia y desestabilizar el país, puntualizó la nota.
Instó al Gobierno que inicie una investigación inmediata sobre las circunstancias del incidente, descubra a los responsables, los lleve ante la justicia y tome las medidas necesarias para evitar que se repitan estos crímenes, que incitan al conflicto, aterrorizan a la ciudadanía y profanan los lugares sagrados religiosos.
La declaración concluyó asegurando que estos actos no disuadirán a los cristianos de adherirse al mensaje de amor y paz de Jesús, y solo aumentarán la determinación de consolidar el espíritu de hermandad entre todos los ciudadanos de la patria.
Tras la caída del Gobierno de Bashar Al-Assad, en diciembre de 2024, aumentaron los incidentes de violencia contra las minorías religiosas en el país, en particular contra los musulmanes alawitas y drusos, y la comunidad cristiana.
Además de robar, saquear y atacar a varias iglesias en Homs y Hama, se registró la destrucción de los cementerios de los cristianos en Mahrda.
Las nuevas autoridades en Siria aseguraron que tales crímenes son individuales y no representan su política ni su enfoque, que pretende preservar la unidad nacional y la paz civil.