
Así lo reflejan cifras de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) las cuales muestran que la actividad industrial retrocedió 2,1 por ciento de marzo a junio, hilvanando cuatro meses consecutivos en baja y tocando un nivel similar al registrado en septiembre de 2007.
De hecho, el uso de capacidad instalada en la industria se mantuvo en junio debajo del 60 por ciento por séptimo mes consecutivo.
El diario Ámbito Financiero cita un estudio realizado por el Centro de Investigación del Ciclo Económico (CICEc), el cual remarca que la industria venía de una etapa de recuperación de abril de 2024 a febrero de este año con un repunte de del nueve por ciento. Sin embargo, desde marzo la tendencia se revirtió y el rebote quedó atenuado al cuatro por ciento interanual.
La investigación advierte además que el desempeño actual se ubica 13 por ciento por debajo del pico histórico de producción alcanzado en noviembre de 2011 cuando gobernaba la administración de Cristina Fernández.
La volatilidad en tasas de interés y en el tipo de cambio afectó a la economía real y, en particular, a la industria manufacturera, señala el CICEc.
De los 16 sectores que componen el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM), 12 registraron caídas de marzo a junio, siendo los más afectados el de prendas de vestir, cuero y calzado con una baja de menos de 8,4 por ciento; productos textiles (menos 7,4 por ciento) y maquinarias y equipos (menos 6,9 por ciento).
Por el contrario, los únicos tres sectores que marcaron variaciones positivas fueron el de minerales no metálicos (6,6 por ciento), refinación de petróleo (1,6 por ciento) y productos de caucho y plástico (0,6 por ciento).
El sector de alimentos y bebidas, con un peso del 25 por ciento en el índice general, fue el que más aportó al retroceso, con una merma del 0,7 por ciento. La baja en esta rama productiva se explica principalmente por la menor elaboración de productos ante el bajón del consumo por el menor poder adquisitivo que padecen hoy las familias argentinas.