Juan Luis Corbacho (Unidad y Lucha).— En este mismo medio publicamos otro artículo[1] en 2023 sobre cómo se organiza la concesión del premio nobel de la paz. El Comité Noruego del Nobel está formado por políticos que ya no estén en activo de Parlamento Noruego.
La composición del jurado y sus conexiones son ciertamente clarificadoras, una investigación de la plataforma de periodismo de datos “La Tabla” revela la red de conexiones en Noruega que vinculan a Machado con miembros del Comité del Nobel. La investigación confirma que Kristin Clemet, miembro del comité Nobel, dirige el think tank Civita, socio oficial del Oslo Freedom Forum (OFF). Esta plataforma la creó y la preside Thor Halvorssen Mendoza, primo del líder opositor Leopoldo López.
Además Noruega es un país de la OTAN, así que sus políticos, elegidos tan libremente como en Rumanía o en Moldavia, o en cualquier otro país de esa autodenominada “Alianza por la Paz”, no tienen, ni pueden tener un criterio distinto al de sus jefes. Por no hablar del desmedido eurocentrismo y alineamiento con las políticas imperialistas de tan selecto jurado y ¡cómo no! de quienes son elegidos para el laureado premio.
Ya vimos el ridículo cuando le otorgaron el Premio a Kissinguer, o cuando se pidió el mismo premio para Hitler (fue nominado) o para Jens Stoltenberg (el otrora secretario general de la OTAN entre 2014 a 2024) o cuando se lo dieron a Barack Obama, o en este año 2025, cuando se autopropuso Trump con el apoyo de Netanyahu y de Zelensky. Este último con razón, al fin y al cabo, en 2022 le dieron el nobel al “Centro para las libertades civiles en Ucrania” por su labor documentando crímenes de guerra rusos y abogando por la rendición de cuentas. (Se ve que lo de Bucha no les quedó muy bien…)
No estoy de broma ni he bebido más de la cuenta. Consulten y verán que es verdad.
Y al final el premio de este año 2025 ha sido para María Corina Machado, oportuno premio para una señora que ha pedido invadir su propio país (desde Miami, claro, no sea que las bombas también le den a ella), justo en el momento que la flota norteamericana anda acosando a la República Bolivariana de Venezuela para quedarse con sus recursos petrolíferos. Los desacreditadores de noticias también llamados cazadores de fakes, dicen que no es verdad, que no dijo exactamente eso con esas palabras (seguro que faltaba una coma o un acento por alguna parte).
Pero sí que dijo: “Venezuela es una amenaza real para el hemisferio y los Estados Unidos. Es el único país en el hemisferio, además de Estados Unidos, con capacidad de construcción de drones de combate, de origen iraní”. También está documentado que marzo de 2014, Machado asistió al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) como “embajadora alterna” de Panamá, figura no reconocida por la diplomacia venezolana. En esa instancia, solicitó la activación de mecanismos internacionales contra el Gobierno venezolano, entre ellos una invasión.
Y por esa boquita salió que “Israel es un aliado de la libertad y todo aquel que defiende los valores occidentales lo apoya”. Parece razonable que una instigadora de las “guarimbas”, protestas violentas desarrolladas con ataques a instituciones, cierres de vías, incendios y agresiones físicas contra personas identificadas como simpatizantes del chavismo así como casos documentados de ciudadanos quemados vivos se decante claramente por la entidad sionista que practica genocidio en Gaza y ocupa ilegalmente territorios palestinos. No parece tan razonable que se le otorgue un premio ¡nada menos que de la paz! A quien es partidaria de crímenes de lesa humanidad.
Habiendo fallado el presidente inventado, Guaidó; también se les cayó Leopoldo López y la señora Tintori; habiendo perdido las elecciones un señor de habito enólico que emigró, como no, a Madrid con los bolsillos llenos, solo les quedaba nombrar a alguien de una oposición cada vez más débil y desacreditada, nobel de la paz.
Nada es casualidad, pero todo es un bochorno que pasará a los anales de la historia.
La decisión del Comité Noruego es una señal política dirigida contra Caracas, en un momento en que la República Bolivariana está amenazada política y económicamente por Estados Unidos, donde se están desplazando buques y armamento al Caribe, y donde ya está en marcha la campaña mediática de apoyo y blanqueamiento cuyo objetivo es derrocar el gobierno legítimo de Nicolás Maduro y apoderarse de los recursos naturales venezolanos.
Este Nobel de 2025, más que un reconocimiento a la paz, profundiza la decadencia de unas sociedades capitalistas en profunda crisis, tiñe dicho premio de sangre ¡Qué vergüenza! y contribuye a la agenda bélica del imperialismo.
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[1] https://www.unidadylucha.es/index.php?option=com_content&view=article&id=5426:premio-nobel-de-la-paz-para-la-guerra&catid=36&Itemid=102
