Imperialistas siembran guerras y pretenden erigirse faros de virtud

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El Gobierno de Nicaragua asegura que los imperialistas y neocolonialistas que han sembrado guerras, invasiones y genocidios en todos los continentes pretenden erigirse como faros de virtud moral.

A través de un comunicado emitido este jueves, las autoridades reiteran que ya no formamos parte del manipulado, obsoleto e injerencista Consejo de Derechos Humanos y por lo tanto rechazan un informe emitido por esa instancia de Naciones Unidas.

En la comunicación se recuerda que la tercera comisión tiene un mandato esencialmente social, humanitario y cultural. Por ende, esta comisión y la Asamblea General de ONU, no deben ser utilizadas con fines de instrumentalización política ni para promover debates o informes que exceden su mandato y distorsionan su propósito original.

En el documento se denuncia la práctica sistemática y perversa de manipular los derechos humanos como armas políticas, despojándolos de su esencia universal para utilizarlos como instrumentos de dominación e injerencia imperial.

Las autoridades nicaragüenses enfatizan que “Nicaragua tiene un pueblo digno, libre e indoblegable, que nunca se someterá a chantajes ni tutelajes coloniales, disfrazados en preocupaciones por derechos humanos”.

Señor presidente,

El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua reitera que nuestro país ya no forma parte del manipulado, obsoleto e injerencista Consejo de Derechos Humanos.

Recordamos que la tercera comisión tiene un mandato esencialmente social, humanitario y cultural. Esta comisión y, por ende, la Asamblea General de ONU, no debe ser utilizada con fines de instrumentalización política ni para promover debates o informes que exceden su mandato y distorsionan su propósito original.

Nicaragua denuncia la práctica sistemática y perversa de manipular los derechos humanos como armas políticas, despojándolos de su esencia universal para utilizarlos como instrumentos de dominación e injerencia imperial.

Señor presidente,

Nicaragua tiene un pueblo digno, libre e indoblegable, que nunca se someterá a chantajes ni tutelajes coloniales, disfrazados en preocupaciones por derechos humanos.

Nicaragua jamás aceptará injerencias ni permitirá que se manipulen la promoción y protección de los derechos humanos como pretexto para imponer agendas imperialistas y neocolonialistas, las cuales son contrarias a la Carta de las Naciones Unidas y al principio de igualdad soberana de los Estados.

Con plena autoridad histórica, moral y política, nuestro país rechaza toda resolución o informe carentes de legitimidad, como lo es este mal llamado “Grupos de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua”, concebido para fabricar acusaciones y justificar agresiones políticas contra nuestro país.

Dicho grupo, impuesto por países occidentales y sus serviles, con agendas políticas desestabilizadoras muy bien conocidas y expuestas, elabora informes sustentados en fuentes sesgadas y en criterios manipulados por individuos y organizaciones financiadas por estos mismos países, con el propósito de distorsionar la realidad de nuestra Nación.

Se trata de un texto prefabricado empeñado en desacreditar a un pueblo que ha elegido vivir en soberanía y desnaturalizar los avances alcanzados por el pueblo nicaragüense en la promoción y protección de sus derechos humanos.

Este documento apócrifo no refleja la verdad de Nicaragua ni consulta la voz del Estado nicaragüense; por tanto, carece de valor jurídico, ético y político, y queda reducido a un panfleto de agresión sin autoridad.

Conocemos perfectamente la razón para crear y mantener vivo este grupo, bajo esa cortina disfrazada de legitimidad, sus promotores encubren su verdadera agenda: imponer sanciones, medidas coercitivas unilaterales y bloqueos criminales contra nuestro pueblo.

Estas medidas constituyen auténticos crímenes de lesa humanidad, violentan de manera directa los derechos humanos de las familias nicaragüenses, obstruyendo el derecho al desarrollo, la salud, educación, alimentación, el agua potable y demás derechos humanos esenciales.

En este informe no está reflejado en ninguna página, el impacto negativo que tienen estas ilegales medidas sobre el pueblo nicaragüense.

Es necesario señalar la hipocresía de los países occidentales que tratan de justificar lo injustificable que son sus ilegales medidas coercitivas unilaterales que imponen a nuestros pueblos libres y soberanos.

Este doble trasero y la hipocresía misma de los occidentales queda al descubierto por el apoyo total que dan a Israel y al genocidio que este ejecuta en Palestina. En este caso, los occidentales no imponen sus medidas coercitivas unilaterales. Además, el mundo es testigo del trato inhumano de sus políticas anti emigrantes, esa fobia racista remanente del genocidio que cometieron con nuestros pueblos originales.

stos países occidentales y sus charlatanes no tienen ética moral para hablar de derechos humanos, eso sí, para manipularlos tienen mucha labia.

El silencio del informe sobre este crimen de lesa humanidad es un silencio cómplice. Si de verdad quisieran analizar la situación de los Derechos Humanos en Nicaragua, reflejarían con datos y fuentes fidedignas un análisis del factor central de las agresiones económica y financiera contra Nicaragua.

Por esta y más razones, este texto no merece ser tomado en serio como un examen de derechos humanos. Merece ser denunciado como un instrumento de propaganda al servicio de los mismos intereses geopolíticos que imponen el castigo colectivo a países en desarrollo.

Señor presidente,

Los imperialistas y neocolonialistas que han sembrado guerras, invasiones y genocidios en todos los continentes pretenden erigirse como faros de virtud moral, como árbitros indiscutibles de los derechos humanos y la democracia, mientras encubren y legitiman sus propios crímenes de lesa humanidad.

No aceptamos lecciones de quienes carecen de la autoridad política y moral para darlas. Su retórica sobre los derechos humanos se desmorona cuando dirigimos la mirada hacia sus propias realidades, donde encontramos una profunda y perturbadora contradicción.

Señor presidente,

Nicaragua habla con la autoridad de sus hechos. En nuestra patria, los derechos humanos se viven y se conquistan cada día en hospitales que salvan vidas, en escuelas y universidades abiertas y gratuitas para tod@s, en viviendas dignas, carreteras, agua potable y energía que ilumina cada comunidad.

Se concretan en la seguridad ciudadana que garantiza la paz, en los programas productivos y sociales que restituyen derechos a las mujeres, la niñez, la juventud, las personas adultas mayores y a nuestros pueblos originarios y afrodescendientes.

Esta es la verdad de Nicaragua: una verdad escrita con trabajo, sacrificio y dignidad.

emos erradicado el analfabetismo, enfrentado con decisión la pobreza extrema y levantado un modelo social que pone en el centro la dignidad humana, los derechos y el bienestar de las familias nicaragüenses.

Estos avances son del pueblo nicaragüense, y nada tienen que ver con los falsos informes elaborados desde escritorios lejanos por quienes jamás han preguntado ni entendido qué significa para nuestro pueblo vivir con dignidad, libertad y soberanía.
Si de derechos humanos hablamos, el primer derecho que debe respetarse es el derecho de los pueblos a vivir en paz, con soberanía, dignidad y autodeterminación.

Señor presidente,

Nicaragua ratifica su más firme apego a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional. Nuestra historia de lucha nos ha enseñado a defender nuestro derecho humano a la autodeterminación y a vivir libre de agresiones externas.

Frente a esta campaña de desinformación, Nicaragua reafirma su fiel compromiso en la promoción y protección de todos los derechos humanos de nuestro Pueblo.

Continuaremos en nuestro camino hacia la Paz, el progreso y la prosperidad, abiertos a la cooperación internacional genuina, basada en el respeto mutuo y la no injerencia, que reconozca y apoye los esfuerzos nacionales.

Somos una Nación de Paz, de Solidaridad Fraterna y de Respeto entre Iguales. Lo que demandamos es simple y legítimo: que se respete el Derecho Sagrado de los Pueblos a decidir su propio Destino, sin injerencias extranjeras, sin tutelajes y sin chantajes.

Muchas gracias

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