Más de 200 colectivos sociales, políticos y sindicales rechazaron este domingo la intervención que pretende desarrollar la Organización de Estados Americanos (OEA) en Haití, alegando que esto va en contra del derecho a la autodeterminación y soberanía de los pueblos.
A través de una carta abierta dirigida al secretario general de la OEA, Albert Ramdin, dichas organizaciones insistieron que la grave crisis que enfrenta el pueblo haitiano ha sido “fabricada con el fin de debilitar sistemáticamente a Haití y reforzar su dependencia política y económica”.
Es por ello que se cuestionan si ¿se diferencia la conducta actual de la OEA hacia Haití del patrón colonial?, cuando han elaborado una hoja de ruta unilateral para Haití sin que el país pueda decidir, como recalcan los colectivos firmantes.
“¿Acaso no han elaborado ustedes, en violación de nuestro derecho a la soberanía, una hoja de ruta para Haití sin la participación de Haití ni de sus representantes? Y, además, una hoja de ruta en la que no se han tenido realmente en cuenta las prioridades nacionales”, manifestaron.
En este sentido fundamentan que “el lenguaje de la fuerza es el único utilizado por las potencias imperialistas y sus aliados, así como por muchas organizaciones internacionales o regionales que trabajan, muy a menudo, en nombre de las potencias imperialistas, en particular del gobierno estadounidense”.
Por otra parte, advierten que a Haití no se le perdona ser la primera revolución negra del mundo, señalando que dicho país es el único país que rompió las cadenas de la esclavitud, derrotó a los esclavistas y estableció, a costa de sangre, la primera República Negra independiente del mundo.
“Por haber desafiado al Occidente racista, Haití sigue pagando un alto precio por la legítima y saludable insolencia de un pueblo rebelde que tuvo el coraje de decir no a la explotación, la opresión y el racismo”, refirió el documento.
Asimismo, advierten sobre “este trato diferencial infligido por las antiguas potencias coloniales, racistas y esclavistas, ahora potencias imperialistas”.
En este contexto, insisten, de acuerdo, a la investigación Haití: Urgencia de Solidaridad Internacional Activa, que “la injerencia extranjera en los asuntos de Haití, incluyendo la imposición y el control de elecciones, el apoyo a gobiernos corruptos y la indiferencia ante el autoritarismo, se ha convertido en la norma”.
El documento enviado a la representación de la OEA surgió como respuesta a la “hoja de ruta unilateral” para la estabilidad de Haití, publicada en octubre por la OEA, tras meses de trabajo en colaboración con la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero sin ningún diálogo con la sociedad civil haitiana.
“Quisiéramos recordarle que esta terrible crisis, fabricada con el objetivo de debilitar sistemáticamente a Haití, fortalecer su dependencia política y económica o, en el peor de los casos, eliminarlo, no puede tener una solución importada o impuesta de ninguna forma. Para que la solución sea viable, debe ser una Solución Haitiana. Solo puede surgir de una hoja de ruta haitiana o indígena diseñada y desarrollada por los Haitianos, libres de cualquier injerencia extranjera”, refirió la carta destinada al titular de la OEA..
Otros movimientos sociales han denunciado a las misiones de la ONU precedentes y su impacto negativo en Haití. En este sentido, la Articulación de Movimientos Sociales y Populares hacia el ALBA (ALBA Movimientos) afirmó que mediantes estas intervenciones se ha garantizado el sometimiento de la población, el saqueo de sus bienes comunes y la destrucción total de su territorio.
En este contexto, denuncian que el despliegue de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), entre 2004 y 2017, provocó una epidemia de cólera y cometió cientos de violaciones a los derechos humanos de la población.


