
El Comité Provincial Lorenzo Vargas, de Santiago de los Caballeros, colocó una ofrenda floral en el monumento dedicado a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes entregaron su vida en defensa de la justicia social, la libertad y la soberanía del pueblo dominicano.
En 1999, la Asamblea General de la ONU estableció el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para recordar la lucha de estas patriotas y promover acciones contra toda forma de agresión.
El MIU señaló que, más de dos décadas después, las cifras de violencia de género permanecen altas y las denuncias reflejan solo parcialmente la magnitud del problema, lo que evidencia la necesidad de reforzar las políticas públicas.
Recordó que en 2020 el país ocupó el segundo lugar en la región con la tasa más elevada de feminicidios, con 2,4 asesinadas por cada 100 mil habitantes, mientras que en América Latina y el Caribe se registraron alrededor de 20 mil en los últimos cinco años.
La violencia contra la mujer sigue siendo un grave problema mundial, que exige atención y voluntad política para aplicar y reformar las normativas existentes, señaló.
Sostuvo que en la República Dominicana hay avances, pero las cifras son altas y la mayoría de las víctimas no denuncia.
Recientemente, dijo, el gobierno informó una reducción preliminar del 30,98 por ciento en los feminicidios durante 2025, con 49 casos frente a 71 en 2024, y señaló que las denuncias por violencia intrafamiliar también bajaron de 71 mil 912 a 57 mil 538.
Estas cifras son alentadoras, pero el problema persiste como un desafío estructural de seguridad pública que afecta especialmente a hogares y familias, añadió.
Refirió que el país cuenta con mecanismos de atención, como la Procuraduría General de la República, oficinas del Ministerio de la Mujer y unidades especializadas de la Policía Nacional, que pueden sancionar a los culpables, proteger a las víctimas y crear conciencia sobre la necesidad de eliminar este flagelo.
El MIU llamó a la reflexión y a la acción conjunta de los actores clave de la sociedad, para aplicar políticas públicas y convenios internacionales de manera equitativa, promoviendo una sociedad sin violencia y basada en la convivencia pacífica.
“Rendimos tributo a la lucha de las Hermanas Mirabal por la justicia social, la libertad y la paz, en un momento en que la humanidad dice ¡No! a la guerra.
También recordamos a las mujeres y niñas víctimas del conflicto en Gaza y a todos los seres humanos perjudicados con la violencia en el mundo”, concluyó el movimiento.

