El flujo migratorio afgano se desvía a Latinoamérica tras el rechazo de varios países de la Unión Europea de acoger a quienes huyan de los talibanes. Así, Colombia ofrece su territorio para acoger a 4.000 refugiados hasta su traslado a EE.UU. El analista internacional Iñaki Gil de San Vicente describe el problema diciendo que «la OTAN destroza, invade, destruye, machaca, asesina», etc., pero «nunca se hace responsable de sus estropicios y sobre todo de los refugiados que causa».