Francisco comenzó su Papado bajo el signo de la «Franciscomanía”, fenómeno sociológico que logrará que una persona sin conocimiento previo de los entresijos del Poder Vaticano se convierta en icono de la juventud, insufle vientos de cambios y devuelva la ilusión y la esperanza a unos fieles sumidos en la perplejidad y la desilusión tras la significativa erosión de la imagen de la Iglesia Católica que hicieron retrotraer a la Iglesia Católica a escenarios del siglo XIII, por lo que Bergoglio habría adoptado como suya la frase atribuida al frailecillo de Asís: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.
Bergoglio adoptó el nombre papal de su admirado Francisco de Asís (il poverello d’Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, frase que sería un guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres” , así como un mensaje de esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible dicha utopía tanto en América Latina como en el resto del orbe, de lo que serían paradigma su implicación personal en la búsqueda de soluciones pacíficas a los enquistados contenciosos EEUU-Cuba y Palestina-Israel .Así, tras el anuncio por el Vaticano del próximo reconocimiento del Estado de Palestina, Francisco recibió en el Vaticano a Abbas y le involucró de nuevo en la enésima búsqueda de una solución pacífica del contencioso palestino-israelí (“Eres como un ángel de la Paz”), pues tanto Francisco como Obama comparten la creencia que no habrá paz definitiva mientras no se reconozca por ambas parte la existencia de Dos Estados (Israel y Palestina), doctrina que sería un misil en la línea de flotación del nuevo Gobierno de Netanyahu.
Francisco y Cuba
Francisco habría participado discretamente en la secreta negociación llevada a cabo entre Cuba y EEUU para romper el deshielo entre ambos países mediante el intercambio de Alan Gross y un oficial estadounidense por tres miembros de “Los 5” , seguido de la desaparición de Cuba de la lista estadounidense de Países Terroristas y de la reciente apertura de Embajadas. Las medidas cosméticas tomadas por la Administración Obama siguiendo la estela de la Administración Clinton (relajación de las comunicaciones y el aumento del envío de remesas a la isla así como el inicio de una ronda de conversaciones sobre temas de inmigración), dejaban intacto al bloqueo y no cambian sustancialmente la política de Washington, aunque reflejaban el consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política hacia la Isla auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta propia. Sin embargo, la renovación automática por parte de EEUU por un año más del embargo comercial a la isla atentarían contra el vigente sistema financiero y político internacional y podrían suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de $, abocando al régimen de Raúl Castro a la asfixia económica por lo que la Administración Obama habría empezado a moverse entre bambalinas para lograr instaurar las bases de una nueva doctrina “interpares” en las relaciones bilaterales EEUU-Cuba.
La entente Obama-Francisco
Obama habría encontrado en el Papa Francisco un estrecho colaborador en su ardua tarea de sustituir la diplomacia de las armas por el diálogo y el consenso. y no ha ocultado el afecto que siente por el Papa y le ha llamado un «líder transformador» cuya influencia ha trascendido a la comunidad católica. Así, el Papa ha adoptado muchas de los temas que Obama ha tratado de avanzar, incluyendo el calentamiento global, la pobreza y el enfoque diplomático con Cuba, Sira e Irán. Por su parte, el vicepresidente Joe Biden, que es católico, dijo que “ la visita papal del 23 de septiembre marcará un momento importante no sólo para los católicos, sino para todos los estadounidenses” mientras que la Casa Blanca añadió que la economía, la inmigración, los refugiados y la protección de las minorías religiosas serán las prioridades de la agenda.
El Papa cuenta con la simpatía del 87% de los católicos estadounidenses y del 66% de los ciudadanos de este país según un sondeo pero algunos obispos estadounidenses cercanos al Opus Dei lamentan su falta de apoyo en su línea dura contra la administración Obama a propósito del aborto, la anticoncepción y el matrimonio homosexual. Asimismo, los sectores ultraconservadores de Estados Unidos lo ven como un «marxista», por su encíclica «Laudato si» sobre la defensa del medioambiente y sus discursos virulentos en su reciente gira sudamericana contra el ultraliberalismo económico, la finanza ciega y la explotación desenfrenada de los recursos naturales por parte de las multinacionales. A pesar de estos preámbulos, Francisco será el primer papa en expresarse ante el Congreso de Estados Unidos donde se espera que haga un alegato firme sobre la responsabilidad de Washington para limitar la contaminación y en favor de una transición de las energías fósiles a las energías renovables mientras en la ONU, tendrá la ocasión de desarrollar todo su programa social y ecológico contra «la cultura del descarte» y la «globalización de la indiferencia».
Francisco y el establishment vaticano
Parafraseando a Wright Mills en su libro “The Power Elite” (1.956), el establishment vaticano sería “el grupo élite formado por la unión del lobby eurocentrista, el lobby curial, el lobby masón y el lobby gay”, grupos de presión que serían los verdaderos detentores del poder en la sombra y del que serían rehenes los últimos Pontífices tras el golpe de Estado virtual urdido en los sótanos del Vaticano y que concluyó con la misteriosa muerte de Juan Pablo I apenas 33 días después de haber sido electo, en lo que fue el segundo papado más breve de la historia desde León XI. En la actualidad, estaríamos asistiendo a una lucha soterrada entre Francisco y el establishment vaticano en la cruzada personal que dirige el actual Pontífice para desinfectar las actuales estructuras de la Iglesia de los virus patógenos inoculados por dichos grupos de presión (lobbys de sotana) y proseguir con el desarrollo de los postulados del Concilio Vaticano II. Una de las claves de esa reforma es que las iglesias nacionales, los laicos y las mujeres adquieran un protagonismo creciente en la conducción de los asuntos generales para lo que resulta imprescindible que el otrora poder omnímodo de la curia romana se vaya diluyendo y delegando en las estructuras de base.
Ello supondría un auténtico “golpe de mano” de Francisco contra el endémico establishment vaticano por lo que el proceso encontrará resistencias crecientes por parte de los grupos de presión, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que mediante métodos expeditivos intente reconducir a la Iglesia Romana a la senda de los pontificados tutelados por el verdadero poder en la sombra (establishment vaticano), complot que sería una trama laberíntica urdida por la CIA y los servicios secretos del Vaticano y que procederá a asesinar a Bergoglio antes del Sínodo o asamblea general de obispos que tendrá lugar en octubre de 2015, siendo la visita a EEUU el momento elegido para reeditar el Magnicido de Kennedy .
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista