El idealismo como carta de presentación en las cuestiones filosóficas

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«¿Cuál es la ideología filosófica que comanda al Partido del Trabajo de Corea?

Desde hace unos años, ya no juegan al juego engañoso de intentar decir que el Juche es la adaptación del marxismo-leninismo a las condiciones específicas coreanas, aunque muchos de sus simpatizantes en Occidente se crean e intenten vender esta idea cuando quieren propagar esta doctrina revisionista.

Actualmente, ya podemos encontrar desde hace bastante tiempo una estructura más o menos clara para esta doctrina revisionista de los líderes norcoreanos, doctrina, que pretende ser «original», pero como sabemos, dentro del revisionismo sólo se puede ser original dentro de los límites de cada rama revisionista, ya que cada rama siempre tiene resquicios de las anteriores, y acude a las viejas tesis para desacreditar al marxismo-leninismo, es el caso del revisionismo coreano, que como estamos viendo durante todo el documento recurre constantemente a las desviaciones del revisionismo chino para intentar crear una ideología propia.

Es de saber común, que el partido marxista-leninista se basa en la concepción filosófica del mundo del materialismo-dialéctico:

«El materialismo dialéctico es la concepción del mundo del partido marxista-leninista. Llámese materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar estos fenómenos y de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, 1938)

Aquí podrían salir los adalides revisionistas del tránsito pacífico al «socialismo» o los agentes internacional del Juche y los socialdemócratas clásicos y defender a los revisionistas coreanos en sus métodos como son el trato a las clases explotadoras, pero la eliminación en un país del poder económico de la burguesía no es algo que tenga mucha posibilidad de variación, o bien se elimina el poder económico de modo revolucionario o bien se especula y juega a no acabar con dicho poder económico al estilo pseudorevolucionario.

Esto es algo implícito en el desarrollo dialéctico de la revolución:

«Esto quiere decir que el paso del capitalismo al socialismo y la liberación de la clase obrera del yugo capitalista no puede realizarse por medio de cambios lentos, por medio de reformas, sino sólo mediante la transformación cualitativa del régimen capitalista, es decir, mediante la revolución. Esto quiere decir que en política, para no equivocarse, hay que ser revolucionario y no reformista. Continuemos. Si el proceso de desarrollo es un proceso de revelación de contradicciones internas, un proceso de choques entre fuerzas contrapuestas sobre la base de estas contradicciones y con el fin de superarlas, es evidente que la lucha de clases del proletariado constituye un fenómeno perfectamente natural e inevitable. Esto quiere decir que lo que hay que hacer no es disimular las contradicciones del régimen capitalista, sino ponerlas al desnudo y desplegarlas en toda su extensión, no es apagar la lucha de clases, sino llevarla a cabo hasta el fin. Esto quiere decir que en política, para no equivocarse, hay que mantener una política proletaria, de clase, intransigente, y no una política reformista, de armonía de intereses entre el proletariado y la burguesía, una política conciliadora de «integración gradual» del capitalismo en el socialismo. En esto consiste el método dialéctico marxista, aplicado a la vida social y a la historia de la sociedad». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, 1938)

¿Pero cuál es entonces la concepción filosófica de los revisionistas coreanos? La idea «Juche», que según ellos es superior al marxismo-leninismo, sustituye sus limitaciones, y conforma la nueva ideología del proletariado, la nueva ideología científica de la humanidad. Para ello defiende que el hombre es dueño de todo, que su voluntad somete todo, incluso las leyes objetivas:

«Asentar el socialismo sobre un nuevo cimiento científico es una tarea de primer orden no sólo para superar las limitaciones históricas de la doctrina socialista precedente [se refiere al marxismo-leninismo – Anotación de Bitácora (M-L)], sino también para defender el socialismo de la tergiversación de los oportunistas de toda laya y del ataque de los imperialista. Esta tarea histórica vio su brillante solución cuando el gran Líder, camarada Kim Il Sung, concibió la idea Juche y a partir de ella desarrolló de modo original la teoría socialista. Es decir, al descubrir él el principio filosófico de que el hombre es dueño de todo y lo decide todo, y al esclarecer en un nuevo plano las leyes del movimiento social como movimiento del sujeto. La causa del socialismo y el comunismo dilucidada por la idea Juche es la que tiende a lograr la independencia total de las masas populares. El socialismo sistematizado de modo científico por el gran Líder, camarada Kim Il Sung, está centrado en el hombre, en las masas populares. En él las masas populares son dueñas de todo, y todas las cosas están a su servicio, en tanto que su desarrollo se logra por la fuerza unidad de éstas. Sobre la base de la aclaración científica de la esencia del socialismo y las leyes de su desarrollo, circunscribiéndose al hombre, la teoría del socialismo, derivada de la idea Juche, establece que para edificarlo con éxito es indispensable librar con pujanza la lucha para conquistar las dos fortalezas del socialismo y el comunismo, o sea la ideológica y la material, dando segura prioridad a la primera. (…) La idea Juche dio por primera vez en la historia una aclaración científica sobre la esencia del hombre. (…) El hombre, por su independencia, creatividad y conciencia, deviene el ser más valioso y potente. Es el único dueño y transformador del mundo». (Kim Jong Il; El socialismo es una ciencia, 1994)

Como vemos en esta declaración de intenciones, la idea Juche es altamente incompatible con el materialismo-dialéctico del marxismo-leninismo por varias cuestiones:

«El Juche presenta las siguientes proposiciones: 1) las masas populares son los sujetos de la historia; 2) el desarrollo histórico de la sociedad refleja el movimiento creador de las masas populares; 3) la historia de la humanidad es la lucha de las masas populares con el fin de poner en práctica el Chajusong, es decir, el espíritu de la libertad, la independencia y la autosuficiencia; 4) el pensamiento independiente, la conciencia y la iniciativa de las masas populares desempeñan su papel decisivo tanto en el cambio de la naturaleza y en la realización de la lucha revolucionaria; 5) es el Líder que interpreta y da forma a las aspiraciones de las masas mientras dirigen sus esfuerzos. La independencia individual y/o la independencia de la gente residen en la lealtad al Líder y el partido. Partiendo de las premisas de arriba citadas, el Juche niega la concepción materialista y dialéctica de la historia, de acuerdo con la cual las ideas y sensaciones reflejan esencialmente la primaria realidad objetiva que existe fuera de nuestra mente. La filosofía Juche es idealista, basada en el voluntarismo del hombre e imbuida con características metafísicas que pueden llegar a ser incluso teológicas». (Norberto Steinmay; ¡Larga vida a la reunificación e independencia coreana! ¡Abajo el revisionismo coreano!, 1999)

Profundizando en el rol que le da al hombre, vemos que el revisionismo coreano, con su idea Juche, da al hombre cualidades que le hacen diferentes a otros seres vivos, cualidades que les permiten incluso romper con las leyes fundamentales de la naturaleza:

«La idea Juche planteó la cuestión fundamental de la filosofía de considerar al hombre como el principal factor, y aclara el principio filosófico de que el hombre es el dueño de todo y lo decide todo. (…) Mientras que todas las otras vidas materiales mantienen eternamente su existencia a través de la subordinación y la adaptación al mundo objetivo. (…) El hombre, es un ser social con independencia. (…) Sobre la base de esta cualidad, el hombre se despoja de las cadenas de la naturaleza, se opone a la sujeción social de todas las formas y lo pone todo en su propio servicio». (Kim Il Sung; Sobre la idea juche, 31 de marzo de 1982)

Esta desviación voluntarista, idealista, mecánica, nos recuerda a la desviación del revisionismo chino en varios campos, en esta ocasión pondremos un sólo ejemplo; la práctica como criterio de la verdad:

«Mao Zedong deforma también la tesis de la filosofía marxista-leninista sobre la práctica como el criterio objetivo de la verdad. En su obra: «Sobre la práctica» de 1937, recuerda que la práctica es el criterio de la verdad, pero solamente hay que subrayar que Mao Zedong aprecia esta cuestión a partir de posiciones pragmáticas. Para él, la realidad concreta es siempre tal como el hombre la produce, para él, la realidad está sometida a la voluntad, a la fuerza humana. Por otra parte, como criterio destinado a probar si el saber es la verdad o no, si coincide con la realidad objetiva o no, Mao Zedong utiliza para este fin: el provecho, la utilidad, el éxito. Este punto de vista maoísta es idéntico al del pragmático estadounidense William James que decía que: «la verdad es lo que es útil». Así, según Mao Zedong, para distinguir la verdad de la no verdad, hace falta: «Aplicar la teoría a la práctica y ver si conduce a los objetivos planteados». (Mao Zedong; Sobre la práctica, 1937) Por tanto, es claro que Mao Zedong niega totalmente la objetividad de la verdad. La práctica, como criterio objetivo de la verdad, demuestra si los conocimientos adquiridos coinciden o no con los propósitos y la realidad objetiva. Como decía Marx: «es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento». Pero según Mao Zedong, que el conocimiento sea verdadero o no, esto no es determinado por el hecho de que coincida con la realidad objetiva o no, sino por el hecho de que conduzca: «a los éxitos deseados». La comprobación de los conocimientos por Mao Zedong consiste en el hecho de saber si: «Estas ideas, teorías, planes o proyectos a la práctica del mismo proceso objetivo alcanzan los objetivos planteados». (Mao Zedong; Sobre la práctica, 1937) Afirma que si logramos el éxito que esperábamos –independientemente del hecho de que los conocimientos fueran verdaderos o no–, las ideas, teorías, planes o proyectos etc. entonces eran ciertos, verdad. Pero, unas ideas, teorías, planes o proyectos determinados pueden ser deseables y útiles para un hombre determinado o un extracto social determinado y no ser verdad ni tiene un carácter objetivo. De igual modo que una teoría verdadera puede no dar a lugar en un punto a resultado útil para un hombre o una clase determinada, y aun así esto no probaría que los conocimientos, teorías, y demás seguidos no hubieran coincidido con la realidad objetiva. Esto puede ser probado por la práctica. Por todo esto la lógica pragmática de Mao Zedong es una forma de justificación para sus «teorizaciones», así como también por otro lado, de sus prácticas contrarrevolucionarias frente a las clases explotadoras. Esto se encuentran en su política oportunista y pragmática seguida por él y que hoy en día es seguida aún por la dirección revisionista china». (Vasillaq Kureta; Las falsificaciones maoístas en el ámbito del conocimiento, 1984)

Es obvio, que con esta distorsión de la verdad, afirmando que lo verdadero es la teoría que resulta útil en la práctica, es una máscara para disimular los planes reaccionarios, como dice el albanés Vasillaq Kureta. Por citar un ejemplo: cuando Kim Il Sung y Mao Zedong dicen que las clases explotadoras se integran pacíficamente en el socialismo, ellos dicen que su teoría, pasada a la práctica ha resultado cierta, que los burgueses y kulaks han aceptado el socialismo, pero ocultan que ese «socialismo» no es un socialismo cierto, sino un socialismo falsificado, pues si esas clases explotadoras han aceptado ese socialismo es a condición de que esas clases explotadoras mantengan su poder económico y político –puede que de otras formas– y sigan dominando el Estado, como vimos, las leyes del desarrollo histórico demuestran, que ninguna clase se deja derrocar, y que en el caso de la burguesía como decía Stalin: «no se ha dado jamás en la historia el caso de que la burguesía agonizante no apelase a sus últimas fuerzas para defender su existencia», ergo cuando estos revisionistas mienten diciendo que los explotadores aceptan el socialismo, quieren realizar un juego de trilero frente a las masas trabajadoras para indicar que sus teorizaciones, que entran en oposición con la teoría marxista, son ciertas». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche», 2015)

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