Un tribunal en Baréin condena a dos manifestantes antigubernamentales a muerte y a otros 10 detenidos a prisión, según el portal Bahrain Mirror.
La Cuarta Corte Penal Superior de Baréin impuso el martes la pena capital a Sayed Ahmad Fouad al-Abar y a Husein Ali Mahdi, sentenció a otros dos acusados a cadena perpetua y dictó penas de prisión de 3 a 10 años a otros ocho detenidos.
El tribunal revocó la nacionalidad de nueve de los condenados y les ordenó pagar 28 716 dinares (76 106 dólares) por daños supuestamente infligidos a dos coches patrulla de la Policía durante una protesta antigubernamental en la aldea norteña de Karbabad en abril de 2016.
El 29 de abril de 2016, el Ministerio del Interior de Baréin anunció que había arrestado a 11 personas, incluyendo a 4 niños, y los acusó del incidente que supuestamente había dejado a un policía muerto.
Más tarde el Ministerio del Interior publicó los nombres y fotografías de los sospechosos antes incluso de remitir el caso a la Fiscalía Pública. Las fotos mostraban signos de cansancio y fatiga en los rostros de los detenidos, lo que evidencia que probablemente fueron sometidos a tortura en el Departamento de Investigación Criminal.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) han denunciado numerosos casos de tortura y de malos tratos cometidos en Baréin, sobre todo, en el Departamento de Investigación Criminal, y lamentan que el régimen somete a tortura a los disidentes para obtener confesiones forzadas.
La pequeña monarquía del Golfo Pérsico, desde que comenzó el levantamiento popular contra el dominante régimen de los Al Jalifa a mediados de febrero de 2011, vive casi a diario manifestaciones pacíficas. La represión estatal, que ha costado la vida de un sinnúmero de activistas pacíficos, ha aumentado en los últimos años.
El 5 de marzo, el Parlamento del país árabe aprobó una enmienda constitucional que permite que los civiles sean juzgados en tribunales militares si la seguridad está en riesgo. La iniciativa más tarde fue avalada por el monarca Hamad bin Isa Al Jalifa.
Desde entonces cientos de personas han sido condenadas a muerte y a penas de cárcel por actuar presuntamente contra la monarquía, así como por participar en manifestaciones o disturbios.
