Cerca de 4000 profesores asistieron el viernes a una manifestación convocada por la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) con el fin de fortalecer el paro nacional que mantienen para exigir una educación de calidad y mejoras salariales.
Una queja de gran importancia es la de las malas condiciones físicas en las que se encuentra un alto porcentaje de las instituciones educativas del país.
“No estamos peleando por nuestro salario, porque ese es un derecho que tenemos adquirido, sino porque aumenten el presupuesto (educativo)”, señaló uno de los manifestantes. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, insiste en que el Gobierno no tiene recursos, aunque había prometido mejoras en las condiciones laborales de los docentes.
Aunque la marcha se desarrollaba pacíficamente, los efectivos del Esmad empezaron a dispersar a la multitud lanzando gases lacrimógenos, bombas de aturdimiento y chorros de agua.
Ante la ola de denuncias de los colombianos en las redes sociales, las autoridades locales justificaron que los agentes “solo utilizarán mecanismos de disuasión para evitar la invasión de los carriles” sobre la calle.
Tras dicha represión, la Junta Directiva de Fecode llamó a un ‘cacerolazo’ para el lunes 12 de junio y a una marcha de antorchas para el martes 13 de junio en defensa de la educación pública.
El gremio docente busca una reforma estructural en el ámbito educativo y se encuentra en huelga desde el 11 de mayo. El Gobierno aun no ha conseguido desactivar el paro y las conversaciones están suspendidas.
