Plataforma del Movimiento Social y Popular de Honduras
Compañeras y compañeros que desde América Latina contemplan atónitas/os y en directo, día tras día, la crónica anunciada y consumación en la práctica del fraude electoral en Honduras. Fraude que no es otra cosa que otro nuevo golpe de estado (tras el sufrido en 2009), al que ahora los analistas políticos le han denominado sutilmente “golpe blando”. Desde el 26 de noviembre se reporta a la fecha que 20 hondureños han sido asesinados, más de un centenar ha sido ha sido detenidos por los cuerpos de seguridad, sobre todo, por la Policía Militar y Ejército, se reportan más de 500 violaciones graves de derechos humanos.
Desgraciadamente en Honduras, como en muchos otros países de nuestra Patria Grande latinoamericana, sabemos muy bien lo que es vivir un fraude. Y lo sabemos porque vivimos cada día y desde hace mas años de los que somos capaces de recordar en este impuesto y mal llamado “sistema democrático”, donde el sistema es en sí mismo un “gran fraude histórico” al que las organizaciones sociales y populares de Honduras hemos denunciado sistemáticamente como esa “gran mentira” que nos negamos tercamente a reconocer o aceptar.
Esto que algunos llaman democracia, encierra una falsedad y una injusticia tremenda. Es todo un sistema perfectamente tramado para la dominación de los pueblos por parte de las élites políticas, económicas, religiosas, militares y financieras, tanto de las oligarquías y capitales nacionales como transnacionales. Ellos son el poder detrás de nuestros gobiernos y de nuestros estados. Sabemos que su democracia es solamente una ficción que enmascara la dictadura económica.
Pero esta breve lección básica de historia cotidiana en América latina (y gran parte del mundo) tiene un agravante en esta nuestra querida tierra hondureña al que hay que prestar atención especial, porque sus consecuencias afectan a todo el continente. Ya lo vivimos y denunciamos en 2009, y hoy la historia se repite. Y se trata de evitar que la historia se vuelva a repetir en el futuro.
Honduras fue el terreno elegido en 2009 por la derecha neoliberal del continente, y sus socios transnacionales a nivel mundial, como laboratorio donde experimentar sus políticas represivas cuando sintieron que los intereses de su proyecto global estaban en riesgo. Los movimientos sociales y populares no logramos contrarrestarles en aquel momento y su golpe de estado se consumó y, desde entonces, se consolidó. Lo que se nos vino después en todo el continente todas/os los sabemos y lo sufrimos: golpes suaves, golpes democráticos, golpes institucionales… o como les queramos llamar; en Ecuador, Paraguay, Brasil, Argentina…
En Honduras, aquel éxito que obtuvieron en 2009 trajo consigo el aumento sustancial de la corrupción estatal, el saqueo de las ya de por si débiles instituciones del estado y sobre todo un nuevo modelo de gobernanza que relaciona represión, inseguridad, narcoactividad, asesinatos, desapariciones, torturas, amenazas, desigualdad, pobreza y la venta a pedacitos del territorio nacional. El vil asesinato de Berta Cáceres en 2016 y de cientos de defensores/as del territorio, son los ejemplos más dramáticos de que su codicia no tiene límites. Su objetivo último es la mercantilización y puesta en venta de todos los bienes naturales, materiales y hasta humanos. Es el neoliberalismo, el patriarcado, el racismo y la colonización llevados a su máxima expresión.
En 2017 Honduras es de nuevo el epicentro geopolítico del laboratorio experimental del neoliberalismo mundial. Si permitimos que de nuevo en Honduras triunfe su experimento, ahora de un descarado fraude electoral ante los ojos del mundo, con observadores internacionales de la OEA y de la Unión Europea presentes, etc… no es difícil proyectar cual será la estrategia que de seguro implementarán en el futuro cuando lo consideren necesario en cualquiera de nuestros países.
Las consecuencias que nos tocaría enfrentar en Honduras de consolidarse el fraude actual, al igual que desde cualquier otro país que en el futuro sea objeto de una situación similar, serían la profundización y radicalización sistemática de lo que hemos venido sufriendo en Honduras desde el golpe de 2009.
Por todo ello es fundamental redoblar los esfuerzos desde todos los movimientos sociales y populares del continente y del mundo. Reiteramos nuestro llamado a las organizaciones sociales, populares e internacionales fraternas a acompañar al pueblo hondureño que sigue luchando contra el autoritarismo y la militarización de la dictadura cívico militar dirigida por Juan Orlando Hernández.
Les exhortamos a denunciar y movilizarse en sus países en solidaridad con nuestra lucha de liberación mediante las siguientes acciones:
1. Presionar para que los gobernantes de sus países se pronuncien contra este Golpe electoral, el cual seguramente sera replicado a lo largo de latinoamerica y el mundo.
2. Exigirle a la OEA, ONU, UE, USA, respeto a la voluntad del pueblo soberano, quien se expresó mediante elecciones democráticas el 26 de noviembre y su elección fue por Salvador Nasralla.
3. Exigir castigo a los culpables, por la sistemática violación de los DD.HH del pueblo hondureño que se incremento a partir del 26 de noviembre del 2017.
Finalmente expresarles que este pueblo heroico, desde el 26 de noviembre se mantiene en las calles, en las carreteras, en todos los rincones del país, luchando y resistiendo contra este dictador, para garantizar el ejercicio de la democracia.
Honduras 11 de Diciembre del 2017
¡No podemos permitir que la historia se repita!!!!!
¡Sólo el pueblo, salva al pueblo!
¡Abajo la dictadura!
¡Democracia real ya !!!”